Cuando, en junio pasado, se conoció el dictamen de la autopsia realizada a la atleta y medallista olímpica Tori Bowie, su muerte se convirtió en el símbolo de una situación crítica: los fallecimientos materno-fetales en Estados Unidos. ¿La razón? La brillante atleta de 32 años murió sola y dando a luz en su casa tras ocho meses de gestación, debido a una preeclampsia, un trastorno que provoca convulsiones y se caracteriza por hipertensión, entre otras afectaciones asociadas al embarazo.
Según un reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de ese país (CDC, por su sigla en inglés), en 2021 murieron 32,9 mujeres por cada 100 000 nacimientos vivos, un 40 % más que en 2020.
La cantante Beyoncé y la tenista Serena Williams sobrevivieron para revelar sus propias complicaciones pre y posparto, respectivamente, por esta enfermedad, que, dicho sea de paso, afecta más a las afrodescendientes. Pero Bowie no contó con la misma suerte, y su caso puso el foco en esta alarmante patología, de la que la ciencia tiene aún muchas preguntas por resolver, entre ellas, por qué se produce.
Por ahora se sabe que su estadio anterior, la preeclampsia, tiene como síntomas dolor de cabeza intenso, cambios en la visión (pérdida temporal, borrosidad o sensibilidad a la luz), dolor abdominal, falta de aire y náuseas o vómitos, los cuales también pueden estar vinculados a otros males. Sin embargo, sus signos más reveladores, detectados a través de exámenes de laboratorio, son el aumento de las enzimas hepáticas, el exceso de proteínas en la orina y los bajos niveles de plaquetas en la sangre.
Todo comienza en la placenta, el órgano creado durante el embarazo para nutrir al feto y suministrarle oxígeno por medio del cordón umbilical, un conjunto de vasos sanguíneos formados para ese fin. Cuando estos no se desarrollan adecuadamente o funcionan a medias, se presentan problemas de circulación sanguínea que pueden causar hipertensión en la madre, lo que desencadena, así, un desbalance sistémico. Y aunque la preeclampsia, que ocurre después de la semana 20 de gravidez, afecta fundamentalmente a la madre, puede comprometer la salud del feto, al punto de ocasionar su muerte.
Innovación javeriana para prevenir la eclampsia
Ante esta cruda realidad, la bacterióloga Paola Ayala y el médico Reggie García, docentes de la Pontificia Universidad Javeriana, crearon un mecanismo para advertir el riesgo de preeclampsia en las gestantes: detectar, por medio de una muestra de sangre sometida a análisis genético, cómo se expresan los genes que producen la proteína trombomodulina, el principal factor anticoagulante del embarazo, crucial para su sana evolución, la adecuada formación de los vasos sanguíneos placentarios, la regulación de la respuesta inmune, la mitigación de procesos inflamatorios y el mantenimiento del equilibrio de la coagulación ―es decir, no tener hemorragias, pero tampoco desarrollar trombos―. Para esta última función, opera de la mano del factor tisular(F3), proteína coagulante esencial durante la gestación.
En la década de los ochenta del siglo pasado, se estableció por primera vez que había una relación directa entre el aumento de estas sustancias y la preeclampsia. Amparados en ese descubrimiento, Ayala y García han realizado diversos estudios con embarazadas en Bogotá. “Empezamos evaluando la trombomodulina y el F3.
Las investigaciones nos demostraron que las mujeres con preeclampsia no tenían un aumento significativo de F3, pero sí de trombomodulina. Por eso hemos propuesto un marcador genético para predecir el riesgo de preeclampsia en mujeres asintomáticas”, asegura Ayala, magíster en ciencias biológicas con énfasis en genética humana.
“No es una prueba diagnóstica de la enfermedad, pero sí permite hallar, en la octava semana de gestación, un riesgo aumentado de desarrollarla, y, si lo hay, hacer un seguimiento más estricto a esa mamá en una unidad especializada de cuidado obstétrico, y emprender algunas acciones preventivas, como el consumo suplementario de calcio y Aspirina en dosis bajas”, acota García, especialista en salud pública y doctor en ciencias biológicas, y agrega que es una patología agresiva que, en cuestión de minutos, puede descompensar a una gestante y a su bebé, dejándolos al filo de la muerte.
Según el Instituto Nacional de Salud, en 2022 se notificaron 261 muertes maternas tempranas en Colombia (durante el embarazo, el parto o hasta 42 días después), lo que, aunque es una disminución del 42,7 % frente a2021, está por encima del promedio anterior a la pandemia de la COVID-19. Del total de fallecimientos, 62 fueron por trastorno hipertensivo por el embarazo, que en el mundo es la causa de unas 70 000 muertes anuales.
De ahí que el mecanismo de identificación establecido por Ayala y García, llamado PreteP (prevención temprana de la preeclampsia), resulte tan promisorio para hacer amplias pruebas de tamización en la población, con miras a detectar casos riesgosos.
No en vano, su técnica, que cursa un proceso de solicitud de patente en Colombia y en Estados Unidos, obtuvo, en junio de 2023, el tercer lugar en el Premio Nacional de Innovación en Dispositivos Médicos, organizado por la Cámara de Dispositivos Médicos e Insumos para la Salud de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), y una mención de honor otorgada por la Fundación Alejandro Ángel Escobar, en 2015.
A sabiendas de que es una enfermedad determinada por factores genéticos y ambientales —incluidos el estilo de vida, la alimentación y el nivel educativo, entre otros—, lo que sigue es validar la reproducibilidad de la prueba, con el fin de comprobar si funciona para diversas poblaciones, y definir su utilidad clínica, antes de vislumbrar su comercialización.
Para leer más:
Ayala-Ramírez, P. et al. (2021).
Journal of Obstetrics and Gynaecology Research, 47(7), 2307-2317.
TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN:
Increased tissue factor and thrombomodulin expression and histopathological changes in placentas of pregnancies with preeclampsia
INVESTIGADORA PRINCIPAL: Paola Ayala
COINVESTIGADORES: Tatiana Buitrago, Alisson Poveda, Jorge Luis Rodríguez, Mercedes Olaya, Reggie García
Instituto de Genética Humana
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Javeriana
PERIODO DE LA INVESTIGACIÓN: 2014-actualmente