¿La ciencia y la fe son conocimientos antagonistas? ¿Qué podría aportar al debate científico un sacerdote? ¿La religión se nutre de la ciencia? Estas son algunas de las preguntas que se abordan en el diálogo entre Claudia Rivera, profesora del departamento de microbiología de la Pontificia Universidad Javeriana, y Nelson Velandia, S.J. líder del grupo de investigación en física teórica de la Facultad de Ciencia de la misma universidad. Esta entrevista hace parte del nuevo formato “Desde Ático”.
Más que entrevistas, esta nueva serie del Centro Ático busca abrir el diálogo entre profesores de la universidad que no están muy cerca en sus campos de conocimiento. En sus conversaciones plantean debates para mejorar la producción académica y construir una ciencia interdisciplinar.
Nelson Velandia, S.J. astrofísica y teología van de la mano
La carrera profesional del padre Nelson Velandia, S.J. parece improbable. Sacerdote Jesuita, físico teórico e investigador de agujeros negros. Su trabajo desafía lo que él mismo denomina una “falsa dicotomía” que la modernidad ha impuesto entre ciencia y fe. Es un científico con fuertes convicciones en Dios.
Aunque pasó por el proceso de todo sacerdote católico de estudiar teología y filosofía, su interés por entender el tiempo y el espacio no paró. Por ello, y tras encontrarle el gusto a la matemática, decidió hacer un doctorado en física. “Es una herramienta hermosa para conocer la creación y la naturaleza que Dios nos entregó”, dijo en el diálogo con la profesora Rivera. Su tesis doctoral se centró en agujeros negros, los enigmáticos objetos del universo en los que las leyes de la física se ponen a prueba.
Para Velandia, uno de los principales obstáculos en el diálogo entre fe y ciencia radica en cómo se enseñan ambas cosas, particularmente en los primeros años de vida. “Muchos cristianos se han quedado anclados en el Génesis, con imaginarios de que Dios cogió barro y lo sopló. Cuando estos jóvenes llegan a la universidad y estudian explicaciones científicas, se crea un conflicto”, critica el investigador. “Lo que estamos haciendo es generar ateos desde la infancia”, agregó el líder del grupo de física teórica.
Su postulado es que ciencia y religión no necesariamente son contradictorias. Incluso, que con complementarias. Según lo que explicó en la conversación, la ciencia se encarga de entender y explicar la materia: si el universo nació de un solo Big Bang o varios, cómo se comportan los elementos y fenómenos. La teología, por su parte, aporta una motivación para hacerlo.
“La teología ofrece el sentido, el para qué, mientras que la ciencia explica el qué y el cómo”.
Nelson Velandia, S. J.

El padre Velandia propone adoptar el marco teológico de Jesús y San Pablo, que establece que Dios existía antes de la materia, el espacio o el tiempo: “Esta perspectiva no es nueva en la Iglesia católica. El propio Georges Lemaître, sacerdote belga y pionero de la teoría del Big Bang, demostró hace un siglo que la ciencia y la fe podían complementarse”. Argumentó que esta no es solo una apuesta suya, sino una apuesta institucional de la iglesia. “A través de instituciones como el Observatorio del Vaticano, busca estar en las fronteras del conocimiento al igual que está en las fronteras y debates sociales”, afirmó.
La ciencia básica, una inversión a futuro
Uno de los mayores desafíos que enfrenta el padre Nelson Velandia en su trabajo es la financiación de la investigación. En Colombia, como en muchos otros países, los recursos se dirigen principalmente hacia la ciencia aplicada, es decir, la que puede tener un uso práctico. La investigación teórica, a pesar de ser la base del conocimiento académico, encuentra serias dificultades para conseguir apoyo financiero. “Aunque la ciencia básica no siempre tiene una aplicación inmediata, la curiosidad humana es el motor del conocimiento”, puntualizó Velandia.
Lo ilustró con un ejemplo cercano. Sus investigaciones principales son sobre la teoría de la relatividad, según la cual, los objetos pueden experimentar de manera diferente el espacio y el tiempo. Es un conocimiento que puede parecer abstracto y con poco uso cotidiano. Sin embargo, es fundamental para que funcionen elementos de uso diario como el GPS, los mapas digitales o aplicaciones de tráfico. Por eso, jesuita astrofísiico defiende que la investigación teórica sostiene la ciencia aplicada.
“En el universo somos diminutos. Diría el astrónomo y divulgador científico Carl Sagan: somos solo una pálida motita azul. Tal como dice el Salmo 8: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de nosotros?”, señaló. Ese es solo uno de los ejemplos que puso para mostrar que ambos conocimientos coinciden en ciertos puntos.
“No es necesario escoger entre la ciencia y la religión. Ambas nos ayudan a comprender mejor el misterio de la existencia”, sostiene el padre Velandia. Por el contrario, en una época marcada por la polarización y las certezas absolutas, invita a recordar que las grandes preguntas de la humanidad requieren todas las herramientas del conocimiento humano: la razón y la fe, la ciencia y la espiritualidad, la curiosidad y la contemplación.
Vea aquí el video podcast “Desde Ático” completo.