A primera vista, cuando se piensa en el concepto de nación, parece que se hace referencia a una entidad estable, claramente definida por una historia y unas costumbres ancestrales compartidas, por una geografía precisa, determinados paisajes, un idioma oficial, una cultura particular, entre otras características. Sin embargo, si se mira de cerca, se evidencia que, en realidad, este término es más una ilusión que, para mantenerse, requiere de la acción de una serie de instituciones, productos, imaginarios y medios, los cuales naturalizan unos lugares comunes que se vuelven mitos, lo que genera una percepción de identidad y de pertenencia.
Precisamente, en Siete mitos de la Independencia de la Nueva Granada (1810-1819), Esta obra replantea el mito del pasado como algo inmóvil y absolutamente determinado, y lo presenta como algo abierto que puede y debe revisitarse constantemente, con ojos distintos, con preguntas renovadas y con interpretaciones novedosas. publicado por la Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Hernán Rodríguez Vargas, investigador formado en la Javeriana, rebate siete mitos que componen la ‘historia oficial’ del periodo independentista, es decir, entre el primer grito de independencia (20 de julio de 1810) y la Batalla de Boyacá (7 agosto de 1819).
El primer mito que se comenta es el de los héroes de la patria, al demostrar que la exaltación de estos hombres extraordinarios, en muchas ocasiones, encubrió la participación de un variado y extenso número de personajes en las guerras de independencia, y que, además, del lado de los criollos había un complejo entramado de apoyos, resistencias y exclusiones.
Luego, se contradice el mito de la poca participación de las mujeres y se prueba que durante este periodo muchas de ellas no solo tuvieron un papel determinante en los ejércitos realista e independentista, sino que, además, rebatieron los discursos hegemónicos de su época, al desempeñar un variado número de profesiones y de cargos que se consideraban exclusivos de los hombres.
También se cuestiona que, con la Independencia, se consolidaron y se consumaron los discursos y los proyectos de formación republicana y nacional. De hecho, lejos de esta presunta homogeneidad, durante esta época se recurrió a la violencia y se mantuvo por mucho tiempo la esclavitud de los indígenas y de las comunidades afrodescendientes para imponer el orden y asegurar la nueva soberanía de los ‘hombres libres’.
El autor desmonta, además, un mito que consiste en la presentación de procesos complejos y de larga duración como si fueran hechos consumados y de corta duración. Esto permite aclarar varias falsas equivalencias, por ejemplo, que fundar una república es lo mismo que formar una nación o que aquellos que lograron la Independencia eran los más aptos para garantizar la paz o que alcanzar la Independencia implicaba ganar la libertad, entre otras preconcepciones erróneas.
Por otra parte, se aborda el mito del Edén nacional, que consistió en la representación de lo que luego se convertiría en la Nueva Granada como un paraíso que había sido desangrado y mancillado por el enemigo español. Esto permitió asociar a todos aquellos que se resistieran a una determinada idea de civilización y de progreso con imágenes malignas y demoniacas, mientras que al nuevo orden de la república se lo relacionó con ideas benignas y atrayentes.
Otro de los mitos desbancados es el de una Iglesia despolitizada, al demostrar cómo, durante este periodo, el altar y el clero se dividieron entre el trono y la Constitución, lo que condujo a la separación entre la Iglesia y el Estado, y al nacimiento de una religión secular.
Al intervenir estos siete mitos, Hernán Rodríguez evidencia que, lejos de ser elementos clausurados, los discursos de la Independencia están vivos, se reconfiguran constantemente y son instrumentos ideológicos poderosos que influyen en el presente de formas insospechadas y fundamentales. Así, este libro demuestra que el estudio de la historia también implica un ejercicio de autorreflexión, que está determinado por las creencias de aquellos que leen, que escuchan, que piensan y que le dan forma y sentido al pasado, al presente y, por supuesto, al futuro.
El último mito que se replantea es el de la concepción del pasado como algo inmóvil y absolutamente determinado, cuando en realidad es algo abierto que puede y debe revisitarse constantemente, con ojos distintos, con preguntas renovadas y con interpretaciones novedosas.
Siete mitos de la Independencia de la Nueva Granada (1810-1819). Imágenes, imaginarios y politización de la historia 276 pp. Hernán Rodríguez Vargas Editorial Pontificia Universidad Javeriana ISBN impreso: 978-958-781-859-8 ISBN electrónico: 978-958-781-860-4