Las orquídeas destacan por sus hermosas formas y colores, que asombran a quien se aventure a contemplarlas. Colombia, hogar de más de 4200 especies, es un santuario botánico en el mundo.
Desde las alturas majestuosas de los Andes hasta las selvas húmedas de la Amazonía, cada rincón de este territorio alberga orquídeas únicas, con una deslumbrante variedad en sus tamaños, olores y hasta sabores.
Muchas de ellas crecen en lo alto de los árboles, coexistiendo armoniosamente en sus ramas, mientras que otras se desarrollan sobre una variedad de suelos y sustratos. Inclusive, una de ellas crece en el agua.
La importancia de estas maravillas botánicas va más allá de su valor estético. Las orquídeas desempeñan un papel ecológico esencial en nuestros ecosistemas al establecer una estrecha relación con los polinizadores de sus flores, tales como abejas, abejorros y otros insectos.
Algunas de las estrategias que utilizan estas plantas para atraerlos son emanar exquisitos aromas o desarrollar flores con diseños cautivadores. También, hay algunas especies que llegan al extremo de imitar a las hembras de los insectos que las polinizan, desplegando estrategias ingeniosas que las convierten en auténticas maestras del engaño.
Desde 1960, el 22 de noviembre se celebra el Día Nacional de las Orquídeas en Colombia como un reconocimiento a la importancia de las flores en la cultura y la economía del país.
Las orquídeas del género Cattleya son algunas de las más reconocidas en nuestro país, en parte porque la especie Cattleya trianae —conocida como flor de mayo—, lleva el título de flor nacional, rindiendo homenaje al botánico colombiano José Jerónimo Triana. Este emblema floral no solo resalta la belleza singular de las orquídeas sino también su arraigo en la cultura colombiana.
Y como si fuera poco, también han encontrado su lugar en nuestras alacenas. Un ejemplo destacado es la famosa y exquisita vainilla, una joya culinaria que se extrae de las vainas de orquídeas del género Vanilla.
Este componente aromático y delicioso, además de ser esencial en la repostería, también nos conecta con la idea de que varias de estas plantas pueden sernos útiles.
En este escenario de maravillas, el Herbario de la Pontificia Universidad Javeriana es un custodio de conocimiento, preservando no solo las orquídeas, sino también las historias que estas cuentan sobre la vida, la adaptación y los usos en los diversos ecosistemas y pueblos colombianos.

Herbario javeriano: guardián de las orquídeas
El Herbario cuenta con más de 4000 registros de orquídeas; cerca de un centenar de ellos son de especies descritas como nuevas para la ciencia. De esta manera, se considera que el Herbario de la Universidad Javeriana es una colección de referencia en orquídeas para el mundo, por lo que los botánicos que desean ahondar en este fascinante grupo de plantas están permanentemente invitados a visitar esta colección biológica.
Buena parte del valor científico de esta colección se debe a los aportes realizados por el Padre Pedro Ortiz Valdivieso S.J., un pionero en el campo de la orquideología en Colombia, quien describió más de 100 especies nuevas, escribió algunos de los textos más reconocidos sobre el tema y elaboró más de 1000 ilustraciones botánicas preservadas en el Herbario.
Estas ilustraciones científicas capturan en cada trazo la esencia de estas plantas, revelando los detalles que las hacen únicas y dignas de admiración.
En homenaje al Padre Ortiz, hasta el 27 de noviembre estará abierta la exposición Orquídeas con pinceladas del alma, que refleja la rica biodiversidad e importancia ecológica de estas flores y es un buen ejemplo de la fusión entre ciencia y arte.
Las orquídeas, además de su belleza, son una muestra de la complejidad de la evolución biológica. Millones de años de una historia natural junto con los insectos que las polinizan.
Es necesario seguir estudiando toda esta variedad de formas y especies puesto que la distribución y ecología de muchas de ellas aún no se conoce en detalle.
Las colecciones biológicas salvaguardan la parte más esencial de su conocimiento, ayudan a conservar un repositorio de su diversidad, sus cambios en el tiempo, y a largo plazo, nos ayudarán en su conservación.
Autores
María Alejandra Rodríguez, profesional Museo y Herbario, Departamento de Biología, Pontificia Universidad Javeriana
Néstor García, coordinador de Colección Biológicas de la Pontificia Universidad Javeriana
Carlos Rivera, director Departamento de Biología, Pontificia Universidad Javeriana