¿Podría alguien adueñarse de la figura y cobrar por el uso de una ruana o un sombrero aguadeño? Por ser patrimonio cultural colombiano, esto no es posible. Estos artículos de la tradición pueden ser producidos y usados sin mayor restricción según la legislación nacional.
Sin embargo, hay elementos como una vacuna, tecnología o un producto literario que son protegidos por normativas de cada país e internacionales. En caso que alguien quiera replicarla, reproducirla o comercializarla, debe tener la autorización de los órganos reguladores de los derechos.
Eso es la propiedad intelectual: normativas que permiten proteger las diferentes creaciones que se dan en la academia, la investigación, en la empresa privada e incluso, en el sector público. Estas permiten no solo dar el crédito a los creadores sino permitirles usar y explotar comercialmente sus creaciones.
Para discutir y profundizar en los retos de estas regulaciones en estos tiempos, la Pontificia Universidad Javeriana desarrolló una nueva edición del Día de la Propiedad Intelectual o Día P. Este evento desarrollado el pasado 10 de octubre reunió a representantes del sector privado, gobierno, académicos y autoridades nacionales e internacionales.
La propiedad intelectual en contexto actual
Para Valentina Delich, directora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO, de la Universidad Nacional de Buenos Aires y conferencista del Dia P, el planeta vive un contexto muy particular para esta materia.
Inteligencias artificiales, Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sensibilidad por temas ambientales, transición energética, entre muchas otras agendas, supone una serie de desafíos en los que la empresa, los gobiernos y las universidades deben articularse para facilitar los procesos de obtención de patentes, derechos de autor, derechos conexos, denominación de origen y otras formas propiedad intelectual.
Una de las reflexiones en que varios panelistas coincidieron durante el evento, es que la propiedad intelectual además de proteger, es un incentivo para la innovación porque no solo significa ser reconocidos como productores de avances técnicos, tecnológicos y teóricos, sino que les permite adueñarse de esos avances para obtener recursos cuando alguien quiera usar esas creaciones.
Sin embargo, para Liliana Sánchez, vicerrectora de Investigación de la Universidad Javeriana, esto puede significar también obstáculos al momento de acceder a procedimientos, artículos o productos desarrollados por otros y que podría aportar significativamente a soluciones locales.
“Aunque la propiedad intelectual es un motor para el avance tecnológico y la creatividad, también puede representar una barrera cuando sus protecciones limitan el acceso a tecnologías cruciales en sectores donde más se necesita. Ese equilibrio entre incentivar la innovación y garantizar un acceso justo, es clave para los retos actuales”, afirmó Sánchez.
Por su parte, Salim Chalela, director de Innovación y Desarrollo Empresarial del Departamento Nacional de Planeación (DNP), las políticas públicas son propicias para articular estos esfuerzos y beneficiar a las comunidades.
Explicó que en el Plan de Desarrollo colombiano actual incluye soluciones en soberanía alimentaria, agua potable, salud, sector agropecuario y otras invenciones sostenibles que surgieron de la participación de expertos, técnicos y comunidades.
Estas fueron algunas ideas concluyentes del Día P:
- La propiedad intelectual como facilitador de la sostenibilidad: La propiedad intelectual es un mecanismo facilita la creación y difusión de innovaciones que impulsan soluciones sostenibles. En lugar de ser el fin en sí mismo, la PI protege las tecnologías limpias, prácticas agrícolas sostenibles y energías renovables, asegurando que estas innovaciones lleguen a quienes las necesitan. Al actuar como un facilitador, la PI permite que los inventores y creadores obtengan beneficios, pero también garantiza que las soluciones sostenibles se compartan y adapten más fácilmente a nivel global, ayudando a cumplir los ODS.
- Equilibrio entre protección y acceso: Uno de los grandes desafíos destacados es cómo equilibrar la protección de las creaciones intelectuales con la necesidad de hacer accesibles estas tecnologías a las poblaciones que más las necesitan.
- Vinculación de distintos actores para impulsar la sostenibilidad: La colaboración entre universidades y el sector privado es fundamental para llevar la investigación y el conocimiento generado en el ámbito académico hacia aplicaciones comerciales que promuevan la sostenibilidad. Por su parte, la vinculación entre el Estado y los demás actores del ecosistema de innovación es esencial en la medida en que puede plantear políticas públicas y lineamientos específicos que generen una solución a los vacíos que se evidencian en el sistema de propiedad intelectual frente a la sostenibilidad.
- Alineación con la encíclica Laudato Si’ y el cuidado de la casa común: La relación entre propiedad intelectual y sostenibilidad encuentra un fuerte respaldo en la encíclica Laudato Si’. Esta promueve el cuidado del medioambiente como una responsabilidad compartida y pide que el conocimiento y las tecnologías sostenibles sean accesibles para todos, sin barreras, contribuyendo al bienestar común y la protección de nuestro planeta, entendiendo que todo está conectado.
Si quiere ver estas reflexiones a profundidad, puede ver el evento completo del Día P. completo aquí: