¿Qué es la fotografía? ¿Para qué me sirve? ¿Cómo las cámaras pueden tomar una foto? ¿Qué tiene que ver la fotografía con mi clase de ciencias? Estas y más preguntas se hacen varios niños en un aula de clases en cuanto sus profesores les cuentan que durante esa semana verán algunos conceptos de fotografía.
En el 2020 -y como tesis de grado para la maestría en Educación-, los investigadores Juan Camilo Rodríguez, Fany Janeth Lora y Paola Benavides se interesaron por estudiar el desarrollo de procesos cognitivos creativos en niños de 8 a 10 años a través del aprendizaje por indagación, investigación que justamente surge con el objetivo de estudiar qué procesos se llevan a cabo en nuestros cerebros cuando, a partir de ciertos temas, se generan preguntas como las que se hacen los niños sobre la fotografía en aquella aula de clases.

El aprendizaje por indagación
Los procesos cognitivos creativos, según Paola Benavides, magistra en Educación, licenciada en Lenguas Modernas y con especialización en Políticas Públicas y Desarrollo,
son aquellos procesos mentales superiores que funcionan como base para generar productos creativos. “Allí encontramos las asociaciones, la recuperación, la transferencia, todo lo que el ser humano utiliza para poder generar algo nuevo, es decir, un producto que consideremos creativo”.
Por su parte, el aprendizaje por indagación, según Benavides, consiste en la búsqueda de conocimiento y aprendizaje a partir de la formulación de preguntas, un método aplicable en todas las edades y contextos educativos.
¿Pero cómo identificar y estimular estos procesos en niños? Para lograrlo, los tres investigadores trabajaron con niños de la Institución Educativa Departamental el Carmen, sede Rodríguez Sierra de Guasca, en Cundinamarca, donde utilizaron la temática de la fotografía y a partir de este tema hablaron de conceptos como la luz y el encuadre.
En los primeros ejercicios realizaban preguntas relacionadas con la temática que estaban trabajando y con sus estudios previos. Por ejemplo, en una sesión realizaron un juego de roles en el cual los integrantes debían inventar la forma de explicarle a unos extraterrestres qué es la luz, para qué sirve, qué hace, teniendo, por supuesto, elementos de apoyo que les proporcionaban los investigadores.

En esta investigación, según Benavides, se valieron del concepto de “mediación”, del psicólogo Lev Vygotsky, que explica la influencia de la dimensión social en el aprendizaje y señala que los estudiantes construyen su conocimiento individualmente, pero al mismo tiempo lo pueden hacer en conjunto.
Por eso se realizaron trabajos en grupo en donde se destacó el potencial que tienen los niños para interrogarse unos a otros y generar nuevo conocimiento.
Además, la investigadora Benavides señala que es importante el contexto donde se desarrolla el aprendizaje, como en este caso, donde los niños y niñas interactuaron con los investigadores y la comunidad, eso generó un espacio de confianza en el que los alumnos se sintieron seguros y cómodos.
¿Cuáles fueron los resultados?
Durante el estudio se evidenció que los estudiantes generaron procesos cognitivos creativos que pueden ocurrir a varios niveles, por ejemplo, para responder las preguntas y realizar las actividades, los niños usaron conocimientos previos para desarrollar cada uno de los retos propuestos, es decir, llevaron a cabo asociaciones.
Las asociaciones ocurren cuando el estudiante relaciona información que ha aprendido previamente con algo que se encuentra aprendiendo. Se dan cuando, por ejemplo, un estudiante compara el lente de una cámara con la función del ojo humano.
Por otro lado, el potencial que tienen las preguntas para generar curiosidad y aprendizaje pudo ser comprobado, ya que estas llevaban a los estudiantes a realizar diferentes procesos cognitivos creativos, entre ellos, las asociaciones y transferencias analógicas.
Estas transferencias se refieren a cuando un niño aplica relaciones que se aprendieron en cierto contexto para resolver algo que hasta el momento no ha sido explorado, como ocurre cuando, por ejemplo, los estudiantes aplican conocimientos que adquirieron en un juego o actividad, en otra situación nueva y completamente diferente.
A través de esta investigación se pudo comprobar que los niños pueden desarrollar su creatividad a través de la indagación aplicada en ciencias exactas, en asignaturas como biología, matemáticas, física y química, ya que todas las actividades y subtemas que se trabajaron en esta investigación, como la cámara estenopeica, el ojo y la luz, tuvieron un enfoque hacia las ciencias y se evidenció que a través de la indagación, el trabajo en grupo los niños desarrollaron diferentes procesos cognitivos creativos.
¿Cómo hacer preguntas que promuevan el aprendizaje por indagación?
Benavides indica que es importante tener en cuenta el contexto en el que viven los niños y niñas, las herramientas que manejan y lo que conocen, indagar con respecto a lo que les interesa, usar un lenguaje sencillo y claro y evitar las preguntas cerradas, es decir, aquellas que pueden responderse con solo algunas opciones, como: sí o no.
Por ejemplo, en lugar de preguntar ¿Existe la luz?, podríamos preguntar ¿Qué es la luz? Y de esta manera generamos una respuesta más amplia en la que probablemente el estudiante tendrá que indagar antes de responderla.
Aunque esta investigación tiene como fin que los docentes encuentren herramientas para aplicar en sus métodos de enseñanza, no quiere decir que solo ellos puedan aplicar los hallazgos, pueden hacerlo todos aquellos que participen del proceso formativo de los niños, como padres, tutores y cuidadores.
Todos los niños pasan por la etapa de la curiosidad, por ese estadio en el cual “lo preguntan todo” y muchos adultos aprovechan o desaprovechan ese momento para dar respuestas que subestiman a los niños.
Benavides sugiere usar esas preguntas para motivarlos y explorar las respuestas con ellos, porque incluso hay muchas dudas de las que ni los adultos tienen respuesta.
Si el niño está estudiando y sigue un plan académico, ya sea autónomo o propiciado por alguna institución, Benavides considera importante que tanto los padres o tutores estén informados sobre la temática y el proceso.
En segunda instancia, la experta recomienda fortalecer la construcción de conocimiento no hacia objetos de investigación sino hacia seres humanos, una visión holística de la investigación “que fue una parte importante de nuestra investigación. No podemos quitar esa parte afectiva-emocional. Además, es importante explorar otras edades, ya que hay investigaciones previas con estudiantes de transición, pero es importante indagar, por ejemplo, en el aprendizaje por indagación en adultos e incluso en profesores”, señala.
Lo invito a preguntarse ahora mismo: ¿Cuántas dudas tiene que no ha resuelto aún? ¿Algún niño o su hijo/a le ha realizado preguntas que podría responder junto a él/ella? Quizás el aprendizaje por indagación también sea una herramienta que usted pueda usar en su día a día.
Si desea comunicarse con la investigadora puede hacerlo al correo johanna.benavides@javeriana.edu.co