Homenaje a Rubén Ardila: el pionero que llevó la psicología colombiana al escenario mundial
Rubén Ardila, pionero de la psicología científica en América Latina, no solo se destacó por su compromiso con el estudio del comportamiento humano. Fue –y seguirá siendo, a pesar de su fallecimiento– reconocido internacionalmente porque su trabajo reconfiguró los términos de una disciplina que hoy tiene el potencial de transformar sociedades.
Ruben Ardila participó en el XLIII Congreso Nacional de Psicología. Foto: Periódico Universo
En el último congreso de la Sociedad Interamericana de Psicología en Arequipa, Perú, realizado en junio de 2024, tuve la oportunidad de coincidir con Rubén Ardila y de entrevistarlo para el programa ‘Panorama de la Ciencia’, un espacio radial de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales – ACCEFYN, institución de la que Ardila se hizo miembro, convirtiéndose en el primer psicólogo en pertenecer a ésta.
Nuestra charla en el país vecino se salió del marco tradicional del Congreso en donde referentes, como este psicólogo colombiano, presentan sus avances investigativos o son reconocidos por su comunidad académica. Así prendimos micrófonos e iniciamos la grabación y la conversación.
Acostumbrada a realizar las entrevistas de radio en reducidos espacios de grabación, esta ocasión fue diferente: estábamos sentados en el escenario internacional, hicimos el en vivo con nuestras convencionales cortinas sonoras, selecciones musicales y los pensamientos que le evocaba cada tema, tal cual como emitimos regularmente. Varias decenas de ojos y oídos atentos se unían de manera silenciosa al diálogo que Ardila, como buen psicólogo experimental, aceptó realizar en pleno encuentro académico.
En la semana de su fallecimiento, lo recordamos y destacamos su recorrido y legado para una disciplina como la Psicología en la que dejó una huella de alcance global. Pero ¿quién fue Rubén Ardila y por qué le brindamos este homenaje?
Homenaje realizado a Rubén Ardila en el IX Sociedad Interamericana de Psicología en Arequipa, Perú. Fotografía: cortesía del comité organizador del Congreso.
Adaptación a diferentes contextos y la curiosidad
Fue en Santander donde Ardila comenzó su historia personal. Desde San Vicente de Chucurí, despensa agrícola en el oriente colombiano, comenzaron los viajes que lo llevarían a Pereira, Bogotá y, luego, a Nebraska (Estados Unidos); una diversidad de lugares que le exigían transformar sus mecanismos de adaptación a ambientes y culturas multifacéticos para sobrevivir. Un sentido darwiniano que nadie más sino Rubén Ardila podría expresar.
En Pereira terminó el bachillerato y en Bogotá inició su carrera de psicología en la Universidad Nacional de Colombia, donde el conocimiento fragmentado producto de sus estudios por cuenta propia se comenzaron a integrar. “Siempre pensé que yo era diferente porque pensaba cosas distintas y encontré mucha gente igual a mí. Fue una gran experiencia. Es uno de mis recuerdos más gratos”, aseguró el profesor.
Antes de llegar a la universidad, Ardila no sabía que existía una carrera para ser psicólogo, pero tenía claro que le interesaba la forma como las personas actuaban. Por eso, aunque su primera opción profesional fue ser escritor –publicó un par de novelas, entre ellas, Nefertiti reina de Egipto, en 1961–, terminó escribiendo libros de psicología que llenarían los estantes de bibliotecas, mesas y apuntes de estudiantes, investigadores, psicólogas y psicólogos en Latinoamérica.
En ese entonces (1960-1964), la Facultad de Psicología de la Nacional era la única del país y su programa estaba poco integrado: “yo no me adapté porque fundamentalmente enseñaban psicoanálisis”, comentó Ardila. Tenía más bien compañeros de diferentes carreras con los que intercambiaba ideas, pues como decía: “me integré más a la universidad que al programa de Psicología”.
Así, este santandereano siguió formalizando su curiosidad y su aproximación al comportamiento humano, cuyo enfoque constituiría uno de los puentes más importantes para que la disciplina en la región tuviera una visión científica. Inspirado por figuras como B.F. Skinner y Charles Darwin, su trabajo ha subrayado, y creo que lo hará por mucho tiempo más, la importancia del análisis del comportamiento y el uso de métodos experimentales para entender las motivaciones humanas y, también, el desarrollo de herramientas prácticas basadas en la evidencia.
Ruben Ardila en Walden Pond, Massachusetts, USA. Fotografía: archivo personal de este psicólogo.
Legado para una psicología científica
Rubén Ardila fue uno de los primeros doctores en Psicología Experimental en Colombia, título que obtuvo en la University of Nebraska – Lincoln, de Estados Unidos. Fue fundador del programa de Psicología de la Universidad de los Andes; también dirigió la misma carrera en las universidades Nacional y la Santo Tomás. Como profesor visitante compartió su experiencia en Alemania, Estados Unidos, Argentina, Brasil, España y Puerto Rico. Su legado incluye 36 libros, más de 350 artículos científicos y la creación de las publicaciones ‘Revista Latinoamericana de Psicología’ y ‘Avances en Psicología Latinoamericana’. En reconocimiento a esta trayectoria ocupó la silla número 50 de la ACCEFYN
Asumió roles de liderazgo como presidente de la Sociedad Interamericana de Psicología, la Asociación Latinoamericana de Análisis y Modificación de la Conducta y Terapia Cognitiva Conductual – ALAMOC, y la Sociedad Colombiana de Psicología. También, fue miembro del Comité Ejecutivo de la International Union of Psychological Science.
Entre sus numerosos reconocimientos se destacan el Premio Nacional al Mérito Científico en la categoría Vida y Obra (2004), el Award for Distinguished Contributions for the International Advancement of Psychology otorgado por la American Psychological Association – APA (2007) y el título de Investigador Emérito de Colciencias (2016). Su legado es un testimonio del impacto de un colombiano en la ciencia mundial y, seguramente, es un largo etcétera que no alcanzo a reseñar en estas líneas.
La biblioteca de Rubén Ardila
Este pensador colombiano fue fundamental para la vida de muchas personas. Así lo relató Gladys Martínez, psicóloga, magister y doctora en Psicología: “fue él quien marcó mi ruta, empezando con los espacios en su casa donde nos permitió participar de conversaciones con personajes que estaban haciendo historia y a los cuales no hubiéramos tenido acceso de otra forma”.
Cada encuentro de estos abrió la puerta a un conocimiento que para la época en que Rubén regresó a Colombia (1970), seguían vedados para muchos. Quienes contaron con la fortuna de reunirse en su famosa biblioteca –hoy en el Colegio Colombiano de Psicólogos– podían sostener en sus manos publicaciones académicas de alto impacto a las que él estaba suscrito y fue así como varios jóvenes comenzaron su trayectoria, construyendo una incipiente comunidad alrededor de la psicología científica.
También motivó, con insistencia, la necesidad de seguirse formando, de hacer un doctorado en el exterior con el compromiso siempre de regresar, comentó Martínez. “Y coherente con esa visión, no tuvo ninguna duda en darme la carta de recomendación cuando decidí seguir la ruta por él sugerida”, recordó esta psicóloga que trabajó en psicobiología y ciclos circadianos, así como en procesos editoriales en publicaciones especializadas.
La comunidad psicológica ha sido muy generosa conmigo, ha sido muy colaboradora.
– Rubén Ardila
Aparte de todo lo que se dirá sobre Ardila y su incalculable impacto, incluso más allá de nuestro continente, “Rubén tenía una confianza extraordinaria en el valor de la ciencia, no solamente para obtener logros para el futuro de las sociedades sino para obtener lo mejor del ser humano”, aseguró Germán Gutiérrez, profesor asociado del Departamento de Psicología de la Universidad Nacional de Colombia. Rubén consideraba, continuó el profesor, que la psicología debía consolidarse como una disciplina científica. Por ello, insistió en fortalecerla, promoviendo procesos editoriales que permitieran la divulgación de investigaciones en español. Su interacción con organizaciones gremiales resultó clave para impulsar la aún incipiente empresa del conocimiento científico en Colombia, finalizó Gutiérrez.
Fue en el Templo de Luxor donde Rubén Ardila encontró una fuente de inspiración para su obra académica y literaria. Foto: Pixabay.
“Siempre le tuve el respeto al maestro que me dejaba en un lugar diferente al del amigo”, destacó Fernando Cárdenas, profesor asociado de la Universidad de los Andes. Sin embargo, “compartí con él cosas de su propio interior como el cariño que le profesaba a su ‘hermanito Alfredo’, y que su despertar a la vida fuese haber estado en el Templo de Luxor, en Egipto, donde pensó que la humanidad podía ser grandiosa e ínfima”.
La generosidad de Rubén y la confianza en las futuras generaciones fueron un privilegio de quienes recibieron directamente sus enseñanzas, desde ser su estudiante hasta coordinar el premio que lleva su nombre en la Fundación para el Avance de la Psicología. Fue la experiencia de Andrés Pérez-Acosta, profesor de Psicología de la Universidad del Rosario, quién resumió su vínculo compartido durante 35 años desde la gratitud y el compromiso: “seguir caminando por las sendas que abrió, con la misma pasión por el conocimiento y con una incansable búsqueda de solución a los grandes problemas del mundo”.
El futuro de la psicología (sin Rubén)
En nuestra conversación Rubén Ardila se definió como un psicólogo científico, comprometido con el estudio del comportamiento humano y la solidaridad hacia los demás. Para él, la ciencia no era solo un conjunto de herramientas, sino una forma de creer en la humanidad y en el conocimiento como motor para que las personas mejoren sus vidas.
En su obra más reciente, Psicología y los grandes problemas del mundo, Ardila reflexiona sobre cómo los psicólogos pueden abordar los desafíos contemporáneos, desde la violencia hasta las desigualdades sociales, con un enfoque científico y humano. Con ello se imaginó, y nos hace imaginar al leerlo, una psicología latinoamericana sólida, de carácter interdisciplinario como una ciencia tanto natural como social, capaz de comprender el mundo, de enfrentar los retos del siglo XXI y comunicarse efectivamente con la sociedad.
Los aplausos y las sonrisas del auditorio al cierre de esa última conversación no quedaron en el audio del programa, pero seguramente cada uno de los presentes vamos a recordar y agradecer ese bonito momento y justo como diría Ardila: “la vida siempre le da a uno oportunidades de dar gracias, hay muchas cosas que yo agradezco a la vida” y hay muchas más que sus estudiantes, la psicología de Colombia y de Latinoamérica, hoy de luto, le agradecen a usted querido profesor.
Periodista de Pesquisa Javeriana, psicóloga, MSc, PhD en Psicología y magíster en Periodismo Científico. Trabaja en comunicación científica, enfocada en divulgación y verificación de productos derivados de la ciencia. Investigadora y docente en neurociencia y comportamiento