Entre sus ambiciones, Christian Ricardo Zea no tenía la de pertenecer a un grupo de investigación, y mucho menos la de usar sus conocimientos para mejorar la calidad de vida en el sitio de trabajo de conductores de buses y camiones.
Detrás de esos símbolos, los uniformes y los cánticos a favor de un equipo y en contra de los rivales, se esconden aspectos como la territorialidad, la violencia y la identidad de miembros de la sociedad que deciden vivir y hasta morir en torno a una barra de fútbol.