Las mariposas son un ejemplo de belleza universal. Para los aztecas representaban las almas de los guerreros muertos en combate. Los samuráis utilizaban sellos con su imagen y una de las figuras más populares del realismo mágico son las mariposas amarillas de Gabriel García Márquez. Nadie discute la popularidad de las mariposas, ¿pero quién habla de sus parientes, las polillas?
Las mariposas y las polillas hacen parte del segundo grupo más diverso de insectos: los lepidópteros. De las 160 mil especies registradas, 18 mil son mariposas y pertenecen a una superfamilia que tiene como nombre Papilionoidea Esto quiere decir que hay alrededor de otros 140 mil lepidópteros más, que son los que comúnmente se conocen como polillas.
Las polillas son mejores polinizadoras que las mariposas
Según Giovanny Fagua, profesor del departamento de Biología y coordinador del Laboratorio de Entomología de la Pontificia Universidad Javeriana, dentro de los lepidópteros hay grupos más importantes y específicos de polinizadores que las propias mariposas. “Buenos polinizadores son las abejas, algunos cucarrones, moscas y varios grupos de polillas, no de mariposas”, expone.
Uno de los intereses del profesor Fagua es investigar cómo las asociaciones entre plantas y animales fomentan la formación de especies, y en este punto enfatiza las diferencias del trabajo de polinización que realizan polillas y mariposas.
Sobre las últimas, Fagua asegura que sus longitudes de desplazamiento, número de individuos y especificidad por tipo de flor son bajas, así que su trabajo polinizador no es el mejor. Lo que las plantas requieren es de animales que les garanticen llevar polen de su misma especie y de plantas alejadas. Hay grupos de polillas, en cambio, que cumplen de mejor forma con estas características y tienen relaciones dependientes con algunos tipos de plantas.
Aunque la polinización es una labor importante, la principal función de los lepidópteros (mariposas y polillas) es comer diferentes tipos de plantas.
Sin embargo, la principal función ecológica de los lepidópteros (mariposas y polillas), en su etapa de larvas, es comer diferentes tipos de plantas. Muchas especies vegetales utilizan defensas para evitar que los insectos las coman, pero los lepidópteros tienen la capacidad de comer variedades incomibles. “Ese es su principal papel ecológico: comer plantas que casi ningún ser vivo puede comer y transformarla en proteína animal”, explica el profesor.
A esto se le conoce como transición de biomasa, que en palabras más resumidas se refiere al hecho de que al alimentarse de plantas “imposibles” de consumir por otros animales, los lepidópteros, además de continuar su proceso de crecimiento, son presas potenciales de otros animales, por lo que favorecen la cadena alimenticia.
Los lepidópteros pueden ser especies plaga
Las orugas, de las que emergen tanto mariposas como polillas, son determinantes depredadores de cultivos. Según cifras del profesor Fagua, el 40 % de la producción agrícola anual termina siendo consumida por insectos y el grupo que mayor daño genera son los lepidópteros
Las polillas y las mariposas, aunque pueden considerarse especies invasoras, son plagas introducidas. Generalmente no amenazan la biota natural local pero sí a los cultivos y plantas de jardín.
La polilla guatemalteca de la papa (Tecia solanivora), por ejemplo, es un problema actualmente en Colombia. Aunque otras especies locales como Dione juno, o mariposas espejo, son una plaga potencial de pasifloras como el maracuyá. También algunas de las mariposas blancas de la sabana de Bogotá, como Leptophobia aripa, son plaga de la coliflor, brócoli, repollo u otras plantas de la familia de las Brasicáceas.
Organismos modelo
Los lepidópteros también son organismos modelo en estudios de teorías biológicas, incluso pueden ser utilizados para observar procesos de degradación en los ambientes. “Esta característica se conoce como capacidad bioindicadora. Las mariposas son, quizá, el mejor grupo de indicación en los sistemas terrestres”, afirma el biólogo.
También son un organismo modelo para teorías evolutivas, y aunque gran parte de estos trabajos se basan en la Drosophila, o mosca de la fruta, el segundo mayor grupo de insectos para investigaciones evolutivas son las mariposas, pues son fáciles de criar, identificar, recolectar y marcar.
Esto ocurre principalmente por tres razones: son más atractivas visualmente, sencillas de colectar y, finalmente, las mariposas pueden ser liberadas después de ser marcadas, por lo que puedes hacerle seguimiento pasado un tiempo.
Los lepidópteros y el peligro de su extinción
Algunas especies de lepidópteros se encuentran en peligro de extinción en diferentes partes del mundo, principalmente por destrucción de sus hábitats.
“En Colombia no somos la excepción, aunque falta mucha investigación al respecto. En el libro rojo de invertebrados terrestres de Colombia están las mariposas (Papilionoidea), Arhuaco ica, Lymanopoda caeruleata, Lymanopoda paramera, Prepona werneri, Prepona praeneste, Pterourus cacicus, Pterourus euterpinus, Morpho rhodopteron, , y Polillas (no Papilionoidea), Copaxa apollinairei y Syssphinx chocoensis”, explica el profesor javeriano.
El rápido aumento de la temperatura global también ha puesto en peligro a los lepidópteros, ya que no tienen a donde migrar ni el tiempo para responder a los cambios climáticos.
Los lepidópteros son agentes fundamentales en los ecosistemas. De hecho, sus especies habitan todo el planeta, excepto en la Antártida. Su desaparición, según las investigaciones, podría afectar especies de plantas y la cadena alimenticia en general.
El profesor Fagua y un grupo de investigadores están realizando un informe que expone el estado de algunos grupos de mariposas que habitan grandes altitudes en Colombia y que se encuentran en riesgo.
2 comentarios
UIn articulo que syuda a entender la importancia de las nariposas y polillas en los ecosistemas
Felicitaciones al profesor Fagua por su trabajo investigativo con los lepidóteros, por su docencia, acompañamiento y por ser un formador de investigadores con sus estudiantes, entre ellos mi hija Liliana Prada, quien está siguiendo sus pasos.
Muchas gracias profesor Fagua.
Cordial saludo,
Luz Marina