La mamá se arrodilló al frente de él mientras Ramón lloraba y expresaba todo el miedo que sintió a lo largo del día. Ella lo escuchó y lo abrazó con fuerza. En ese momento yo me hice más y más pequeño.
Este es un fragmento de Conversando con Angustio, un cuento infantil que busca enseñarle a los niños a reconocer sus miedos, sobre todo, enfrentarlos.
El libro fue un ejercicio desarrollado por las psicólogas javerianas Antonia Upegui, María Isabel Riaño, Mariana Moreno y el estudiante de psicología Yessin Abdouni, como parte de sus prácticas virtuales durante la pandemia por COVID-19.
“Conversando con Angustio, nació en el 2021 en plena pandemia, tras un taller sobre el miedo que realizamos con niños de tercero y cuarto de primaria. En esa época los niños estaban muy asustados volviendo a la presencialidad y les estaba costando mucho trabajo acercarse a sus profesores y amigos”, comenta María Isabel Riaño.
Este enfoque innovador se apoya en la literatura y busca ayudar a los niños y a sus padres a aprender cómo lidiar con el miedo y la ansiedad, reconociendo situaciones o espacios que les generan estas emociones para afrontarlas.

Escribir un cuento dedicado al miedo
La premisa del taller que realizaron las psicólogas era sencilla pero poderosa: generar un espacio seguro de lectura compartida de diferentes cuentos, donde después los niños pudieran reconstruir los monstruos que les generaban angustia.
Podían personalizarlos a su gusto con las características que más los asustaban en su cotidianidad; así se les ayudaba a externalizar sus miedos y darles una forma tangible para comprender y expresar sus emociones.
Con este ejercicio no solo identificaron los temores relacionados con la pandemia, sino también otros problemas personales que los inquietaban, como dificultades familiares, situaciones de peligro, miedo a la soledad, entre otros.
“Así, nació la idea de crear nuestro propio cuento que no sólo hablara sobre el miedo, sino que también les permitiera a los niños dar una forma a su propia angustia”, comenta Antonia Upegui.
La psicóloga agrega que el libro ayuda “a ver esta emoción, no como algo que hay que evitar, sino algo con lo que hay que interactuar y aprender a manejar, porque el miedo tiene la función de cuidarnos de situaciones peligrosas”.
Después de escribir Conversando con Angustio, realizaron un nuevo taller en donde los niños encontraron un espacio para compartir sus experiencias y escuchar las de sus compañeros.
“Se dieron cuenta que el miedo era algo que todos sentían y que buscar apoyo en sus papás o amigos podía hacer que se volviera más pequeño y manejable”, explican las psicólogas.
Angustio: resignificando el miedo de los niños
De la experiencia con el nuevo taller fue claro para las psicólogas que objetualizar el miedo tiene un efecto terapéutico en los niños; por esta razón decidieron introducir un elemento tangible en la experiencia: un pequeño peluche peludo y azul que representaba a Angustio, el personaje del cuento.
Este muñeco se convirtió en una herramienta para que los niños interactuaran con su miedo de una manera segura y reconfortante; podían llevar el peluche consigo, abrazarlo y, de alguna manera, controlar su propia ansiedad.
Gracias al libro han podido ayudar a niños en diversos espacios; resaltan el caso de una niña que fue acompañada por una psicóloga que utilizó el cuento para ayudarle con su miedo a hablar frances durante clase.
“La niña inició un proceso psicológico con una compañera nuestra que conocía el libro, y tras la actividad [orientada por el libro] la niña empezó a llevar el muñeco al salón y empezó a hablar francés más tranquila”, cuenta Riaño
Otro caso que tuvieron fue una niña que sufría de pesadillas recurrentes y no podía dormir sola, pero tras interactuar con Angustio y reconocerlo como una fuente que le provee seguridad y protección, pudo dormir en su cuarto acompañada de su muñeco.
“Cada vez que una familia nos manda una foto y nos dice que el cuento sirvió y que están muy felices, sentimos que somos muy útiles” Comentan las psicólogas.
Y agregan que “lo bueno del libro es que permite a los niños sentirse seguros porque pueden exteriorizar el miedo, pero una vez lo cierran, este se quedó ahí atrapado y la angustia que sienten no trasciende más”.
Este enfoque creativo no solo ayudó a los niños a enfrentar sus miedos personales, sino que también involucró a los padres en el proceso.
Muchos de los niños compartieron la metodología en sus hogares y, apoyados con el libro, crearon un espacio seguro para expresar abiertamente sus inseguridades y superarlas gracias al apoyo de sus papás.

El cuento como terapia
El libro no solo fue terapéutico para los niños, también lo fue para las psicólogas. La verbalización de sus propias angustias les dio poder sobre ellas. El proceso creativo fue un viaje que llevó a Antonia, María Isabel y Mariana a enfrentar sus miedos y transformarlos en una herramienta para su propio crecimiento personal.
Conversación tras conversación, la angustia propia que sentían por el reto que representaba escribir el libro, estar en pandemia y enfrentarse a una práctica virtual, se convirtió en palabras que crearon un mundo donde encontraron consuelo y comprensión para ellas y para los niños con los que trabajaron.
Para los pequeños lectores la experiencia no solo fue importante porque les ayudó a hablar sobre sus propios miedos, sino también porque les permitió descubrir cómo transformarlo en una herramienta para el crecimiento personal.
Este proyecto cambió la vida de los niños que participaron, y se convirtió en un modelo único para abordar sus emociones, así el miedo dejó de ser un monstruo aterrador y pasó a ser un compañero que podía ser comprendido, aceptado y superado.
Si desea conocer más del libro o pedir una copia puede contactar al equipo de psicólogas en su Instagram @ConversandoConAngustio o a través de los correos electrónicos maria-rianof@javeriana.edu.co y antoniaupegui@javeriana.edu.co