Hace seis años, investigadores javerianos emprendieron una expedición al río Vaupés. Lo hicieron bajo el amparo del proyecto Amazon Fish, una colaboración transnacional para nutrir permanentemente una base de datos robusta de los peces de agua dulce de la Amazonía. Su viaje terminó de manera trágica: un accidente causó la muerte de uno de sus miembros, Javier Maldonado, ecólogo, doctor en zoología y un curtido ictiólogo colombiano responsable del hallazgo de al menos 15 nuevas especies.
Este 2 de marzo se cumplen seis años de la muerte de Javier Maldonado y su extensa carrera académica sigue rindiendo frutos, gracias a sus colegas, que continuaron con su trabajo. En concreto, esta vez, es el descubrimiento de una nueva especie de pez cucha en el Vaupés.
Si piensa en una cucha que haya visto en un acuario, esta nueva especie es similar. Sin embargo, la diferencian algunas características que la equipan para la vida en las aguas turbulentas del río Vaupés. Quienes la hallaron, Alexander Urbano, Alejandro Londoño y Tiago Pinto, la bautizaron Rineloricaria cachivera, en referencia a su hábitat: las cachiveras, unos raudales turbulentos propios de esta zona de la Amazonía.
“El primero en colectar una de esas fue Javier (Maldonado). Él me dijo ‘mire esto’, y yo le respondí ‘¡uy!, esto está raro’”, relata Alexander Urbano, ictiólogo e investigador de la Javeriana en referencia a su colega. En aquella ocasión, Maldonado se había sumergido nadando a una cachivera conocida como Tapira-llerao, cerca de la comunidad de Matapí, jurisdicción de Mitú. Con sus manos, Maldonado sacó el primer ejemplar de una especie hasta ese momento desconocida, que luego sería bautizada por sus colegas como Rineloricaria cachivera y presentada a la sociedad científica en un artículo publicado en el Journal of Fish Biology.
Esta cucha, lejos de gustar del ambiente relajado de los acuarios, disfruta de los torbellinos y turbulencias extremas de las cachiveras, cuyas rocas, aguas revoltosas y caídas le han demandado adaptaciones muy específicas para sobrevivir. Por ejemplo, con su boca, similar a una ventosa, y su cuerpo de forma aplanada logra aferrarse fuertemente a las piedras y evitar que las fuertes corrientes la arrastren.
Dorsalmente, está coloreada de tonos amarillos y cafés, lo que le permite camuflarse con el fondo; por debajo es de color uniforme y claro, perfecto para mezclarse con la luz que entra desde la superficie en caso de que algún predador la observe desde abajo.

Vea aquí una infografía que detalla las adaptaciones del nuevo pez del Vaupés
El río Vaupés: una fábrica de especies
El neotrópico, la región localizada entre el trópico de cáncer y de capricornio en el continente americano, es la más rica en peces de agua dulce del mundo. Se estima que en sus ríos, lagos y estuarios habitan cerca de 9.000 especies. La región Amazónica está repleta de puntos de especial biodiversidad, llamados hotspots. Es decir, lugares donde hay un número de especies muy superior al usual en la región, y que aportan un grueso de registros a la lista de especies de Colombia.
La expedición de 2019 tuvo como propósito registrar la riqueza de especies encontradas en los rápidos y las cachiveras del río Vaupés, y los científicos atraparon en sus redes la nada despreciable suma de 95 especies distintas. El río Vaupés, que nace en el departamento del Guaviare y desemboca en el río Negro, en Brasil, es uno de los mencionados hotspots, por la diversidad de las especies allí encontradas, por su endemismo, es decir, porque muchas de ellas son exclusivas de este lugar y porque presenta una inusual heterogeneidad en su cauce.
Salta abruptamente en las cachiveras, también conocidas como raudales, secciones en las que el agua fluye rápida y violentamente a través de piedras y que, en ocasiones, van acompañadas de un salvaje cambio en el nivel del río, resultando en una caída similar a la de una cascada. Tales formaciones crean ambientes turbulentos solo aprovechables para las especies adaptadas a vivir en ellos.
“Las cachiveras son barreras para la dispersión de los peces”, explica Tiago Pinto, ictiólogo brasilero que trabajó en la Javeriana y ahora se encuentra en la Universidad Nacional de Colombia. “Algunos peces se quedan solo en las partes bajas de las cachiveras y no logran migrar hacia las porciones más altas de esas cuencas”, continúa, lo que causa que las poblaciones de una misma especie queden separadas y comiencen a evolucionar divergentemente, formando especies distintas con diversas formas de circular dentro del mismo río.
Los diferentes hábitats, y otros factores, son una feria de oportunidades para que las especies puedan evolucionar, y modificar su cuerpo y comportamiento, formando nuevas especies.
Los otros descubrimientos
Gracias a esta misma expedición, financiada por Ictiología y Cultura, National Geographic, Amazon Fish y la Pontificia Universidad Javeriana, se encontraron otras seis especies potencialmente nuevas para la ciencia, que esperan ser formalmente descritas. Pertenecen a los órdenes Characiformes —uno de los más diversos—, Siluriformes —comúnmente conocidos como bagres— y Gymnotiformes —que incluye peces como las llamadas anguilas eléctricas, que generan pulsos de hasta 860 voltios—.
Asimismo, se registraron otras cuatro especies de peces que jamás habían sido detectadas en Colombia. Se trata de Myloplus lucienae, conocido comúnmente como pacú de pintas, una especie recientemente descrita e identificada en el río Negro, entre Manaos y São Gabriel da Cachoeira, en Brasil; Tometes makue o pacú, que solo había sido encontrado en Brasil; Leptodoras praelongus, popularmente llamado cuiu-cuiu, y ampliamente reportado en Brasil y Venezuela, y el pez eléctrico, Eigenmannia matintapereira. Estos nuevos registros, publicados en la revista Zookeys, suman piezas al gran rompecabezas de la biogeografía y de la historia evolutiva de los peces de nuestro país.

Esta expedición hace parte de un proceso extenso y complejo en el que se teje una red colaborativa de trabajo. Amazon Fish, por ejemplo, lleva desde el 2015 uniendo a varios países en el mundo para ampliar el conocimiento de la ictiofauna de la Amazonía mediante la organización de la información ya existente y la investigación en regiones no exploradas y estudiadas de la cuenca Amazónica, que incluye a Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela, Guyana y Surinam.
La investigación de los peces de esta zona no es solo un asunto académico, tal como explica el doctor Thierry Oberdorff, coordinador de Amazon Fish, sino de interés ambiental y económico local: “Se presta especial atención al futuro de las pesquerías en la cuenca del Amazonas, integrando escenarios climáticos, datos ecológicos y socioeconómicos a una escala relevante para las comunidades pesqueras. Esto permitirá identificar las áreas donde serán más necesarias las estrategias de adaptación a los impactos ecológicos del cambio global”.
Si bien ahora Rineloricaria cachivera se suma a la base de datos de Amazon Fish, la exploración de la Amazonía colombiana continúa, porque el campo de estudio es amplio. No queda duda de que esta cuenca seguirá revelándole sus secretos a científicos como los colegas de Maldonado, y otros más, que vuelven la vista a la Amazonía hallando nuevas especies y alternativas de aprovechamiento para las comunidades locales.