En estas épocas decembrinas sabemos que además de los festejos, el buñuelo y la natilla es usual que haya pólvora en las celebraciones o incluso que vayamos a ver algunos shows de fuegos pirotécnicos en determinados sitios. Quienes somos dueños de perros y gatos —tenemos algún amigo o familiar que tiene mascotas— hemos escuchado y comprobado que la pólvora puede afectarlos.
Sin embargo, alrededor de este tema puede haber dudas sobre cómo es el impacto de la pólvora en nuestras mascotas y qué hacer para protegerlas, más allá de no usarla en nuestras propias celebraciones. Para resolver estas inquietudes, Pesquisa Javeriana conversó con la médica veterinaria de la Universidad Nacional de Colombia Karla Johana Carpio Solarte, especialista en Bienestar Animal y Etología.
¿Por qué la pólvora afecta a los perros y gatos?
Porque ellos, a diferencia de los humanos, no entienden el porqué de esos sonidos tan fuertes, ese olor y esas luces, no lo asocian a una celebración. Para los perros y gatos los sonidos fuertes y el resplandor está relacionado con una catástrofe natural — lo cual está codificado genéticamente— por esta razón se asustan tanto, más aún, cuando no están socializados con estos estímulos. Los perros y gatos tienen una etapa de socialización y cuando este tipo de estímulos no se les da a conocer de una forma neutra o agradable es posible que cuando sean adultos sean más propensos a tener miedo o fobia a la pólvora.

¿Qué efectos puede tener la pólvora sobre los perros y los gatos?
Principalmente, el estado emocional que genera pánico. Hay una estructura en el cerebro que es la amígdala, la encargada de generar todas las emociones y está la corteza cerebral, que es la que lleva a cabo todos los procesos cognitivos. Cuando se presenta un proceso llamado secuestro de la amígdala, el perro no tiene ningún proceso cognitivo, sino que tiene una emoción, que es el miedo, y empieza a volverse pánico. A partir de esto comienza a actuar y cuando hay un miedo exagerado se pueden presentar varias respuestas: pelea, huida, quedarse quieto y esconderse. La más común con la pólvora es la huida, y como no están pensando bien lo que hacen, es muy peligroso, pues huyen sin saber a dónde y pueden perderse o, si están en una terraza o en un lugar con ventanas, pueden lanzarse.
El sufrimiento que ellos tienen durante el episodio es que sienten que se van a morir, y si siguen con un miedo exagerado después de que termina el estímulo que es la pólvora, ya podríamos pensar que más que miedo es fobia. Todo esto tiene repercusiones negativas en ellos.
¿Es posible que a causa de la pólvora se genere un ataque cardíaco?
Es posible si el animal ya tiene alguna enfermedad cardiaca. Si ya es un paciente cardiópata, dentro de las recomendaciones a esos pacientes está que no se le generen emociones fuertes, que estén lo más tranquilos posible, porque su corazón no está funcionando bien. En ese caso lo indicado sería evitar al máximo que se expongan a estos episodios.
¿Qué podemos hacer quienes tenemos mascotas para mitigar los efectos de la pólvora sobre ellos?
Es importante recordar que ya hay otras alternativas con respecto al uso de la pólvora, como shows de drones. No es necesario usar pólvora porque con ella afectamos perros y gatos e incluso animales silvestres. Pero es importante saber que no solo debemos pensar en que ellos están sufriendo, sino que podemos hacer algo al respecto.
Si uno ya sabe que su perrito o su gato teme a la pólvora, lo ideal es tratar de buscar la forma de disminuir ese miedo, lo cual no va a suceder en un solo día, pues es un proceso de modificación de conducta que se debe hacer desde varios meses atrás. Para estas fechas estaríamos muy sobre el tiempo. A pesar de esto, la recomendación es tener una cita con un profesional de comportamiento para que nuestro animal de compañía esté más preparado para la siguiente época de pólvora.

Por el momento, lo que podemos hacer es una gestión ambiental con el objetivo de aislar al animal de este estímulo. Entonces, si es miedo, lo que podemos hacer es llevarlo a su zona segura, ellos normalmente tienen una zona donde se sienten más tranquilos, puede ser debajo de una mesa y ahí se le pone su cama. Usualmente se sienten más seguros en lugares con características de un refugio, allí se le pueden poner difusores de feromonas, las cuales son de venta libre, también se le pueden poner collares de feromonas. Esta es una forma de comunicación química entre ellos que les ayuda a tranquilizarse.
Les puedes poner música que les ayude a estar más tranquilos, tratar de ponerla a un volumen más o menos alto para aislar el sonido de la pólvora. Recordemos que el estímulo es auditivo, olfativo y visual. Podemos aislar también el olor con un difusor de aromaterapia con olor a lavanda o manzanilla, que les ayuda a tranquilizarse. También podemos ponerles un juguete que les guste mucho y sepan usar, incluso, usar una botella y meter el alimento en ella y abrirle huecos para que vaya sacando el alimento o utilizar una alfombra olfativa. El objetivo es que ellos estén pendientes de otra cosa y de esta manera evitar que haya un secuestro de la amígdala y que terminen dominados por el miedo.
Si ellos nos buscan a nosotros como refugio seguro, es decir, que se acerquen cuando esto ocurra, no los vamos a ignorar, vamos a dejarlos que estén con nosotros. Si vemos que consentirlos o hacerlos masajes los tranquiliza, hay que hacerlo, pero estando nosotros tranquilos, porque si estamos angustiados, ellos también lo estarán.
Algo que he visto en las redes sociales y en algunos artículos es realizar un vendaje que simule un abrazo, ¿lo recomiendas?
No hay una evidencia o un mecanismo de acción descrito en la literatura que explique que ese vendaje funcione para estos casos. No lo recomiendo porque según lo que está en la literatura, y lo que he evidenciado, no funciona.
¿Qué recomiendas a los dueños de perros y gatos cachorros para que sus mascotas no sufran en un futuro con la pólvora?
Es muy importante el proceso de socialización. Los perros tienen este proceso entre las cuatro semanas y los cuatro meses. Es importante que en este periodo estén expuestos a muchos estímulos, entre los que están los sonidos fuertes, la pólvora, los truenos, entre otros, de esta manera se les hace una habituación progresiva. Este proceso se debe hacer de una forma guiada.
En las consultas uno puede prevenir el manejo de situaciones que se pueden presentar a futuro. Si uno socializa a un perrito desde una temprana edad a sonidos fuertes, es muy poco probable que les tenga miedo cuando sea adulto. Es más fácil la habituación a la desensibilización cuando sea adulto. De esta manera los perros, especialmente, se acostumbran a que esto es un sonido normal, incluso positivo, porque mientras los escuchan están recibiendo premios.
Los gatos tienen este proceso de socialización desde los quince días hasta los dos meses, entonces tienen que exponerse mucho más rápido a estos estímulos, pero en gatos es menos común que se presenten este tipo de problemas.
¿Hay algo más que quisiera recomendarles a los dueños de mascotas para estas épocas decembrinas?
Es importante que esos días que sabemos que va a haber pólvora más temprano, en la mañana, por ejemplo, tratemos de que hagan un poco más de actividad física de lo normal. La actividad física les va a ayudar a estar un poco más relajados, pues cuando realizan estas actividades, liberan endorfinas y serotonina, que son neurotransmisores que les ayudan a tener estados emocionales positivos. Además, al estar más cansados, su prioridad va a ser descansar en lugar de pensar y luchar con un estímulo negativo como la pólvora.
Es importante no automedicar. Hay medicamentos que se venden libremente y lo que hacen es paralizar el cuerpo del animal, lo cual nos puede parecer que es sinónimo de tranquilidad, pero ellos siguen estando conscientes sin poder moverse, temblar, ni esconderse y están sintiendo todo, lo cual va a empeorar la situación. Nunca automediquen. Cuando vean que su perro necesita una ayuda extra o una medicación, consulten con un profesional.