¿Cómo narrar ciencia desde lo gráfico? Esta pregunta ronda la mente de creadores de imágenes que usan distintos dispositivos y formatos para tocar el sentir del público al divulgar sus elementos visuales desde múltiples narrativas.
Con el ánimo de profundizar en el proceso que conlleva la producción de este tipo de obras, que incluyen de antemano la investigación y mantiene el interés de contar con mejor y mayor sensibilidad, el pasado 31 de agosto, en alianza con Bibliotecas PUJ, se llevó acabo el Café Pesquisa, Lápiz en mano: Investigación y creación gráfica, un espacio en el que tres expertos respondieron preguntas sobre ¿cómo construir narrativas desde lo gráfico, si la investigación es un recurso necesario en el proceso de creación, o cómo hacer una obra basada en investigación científica?.
Este encuentro, que tuvo lugar en el Biblocafé de la Biblioteca General de la Universidad Javeriana (Alfonso Borrero Cabal S.J), reunió las voces de Cecilia Traslaviña, animadora audiovisual y profesora e investigadora del Departamento de Artes Visuales de la Universidad Javeriana; José Rosero, egresado de Artes Visuales de la misma universidad y director de Casa Tinta; y Vito, quien se dedica a la ilustración para medios como Pesquisa Javeriana, Semana y Fucsia, para conversar acerca de su experiencia explorando este amplio campo artístico que involucra la ciencia y el arte.
Para Rosero, por ejemplo, sus procesos de creación de la obra inician por un trabajo de campo, “como el que hacen los periodistas”, dice, y pasa por ir a sitios, tomar fotografías de los espacios y conocer gente. Para Vito, escuchar o leer la historia es esencial, luego escribir para que las palabras sean las que vayan guiando los trazos de su obra; entretanto, el trabajo de Traslaviña se aleja de las narrativas tradicionales y juega con experticia desde la animación experimental.
Los artistas coinciden en que, independientemente del camino que elijan para realizar la obra, todos los llevan a desarrollar investigaciones, si bien no necesariamente académicas, sí exploratorias, las cuales les permiten ampliar o dar otro punto de vista que ayude, exacerbe e incluso incomode lo que ya se ha dicho o hay alrededor de lo que ya se está contando, por ejemplo, un texto. A su vez, resaltan el poder que tiene la materia para cambiar el curso de su obra.
“Una de las cosas que a veces pasa es que la materia habla, te dice cosas, suena hippie pero en realidad sucede. Y, a veces uno debe, desde la intuición, dejar que la materia te vaya llevando, y creo que la actitud más noble y más sabia es dejar hablar a la materia, escuchar”, enfatiza Rosero.