El río Magdalena, testigo de la historia y guardián de la biodiversidad del país, fluye majestuosamente a través de 15 departamentos de Colombia, nutriendo los territorios que encuentra a su paso. Tan vital es que, en sus aguas los hipopótamos han encontrado las condiciones ideales para habitar y reproducirse.
Hace casi 40 años, estos animales propios de África llegaron a Colombia víctimas del tráfico ilegal de especies. Al escapar de la Hacienda Nápoles encontraron en las aguas del Magdalena el hábitat ideal para reproducirse, al punto que hoy representan una grave amenaza para este ecosistema que soporta buena parte de la biodiversidad del país.
Entre las especies que habitan el río Magdalena están las nutrias neotropicales (Lontra longicaudis) y los manatíes (Trinchechus manatus). Ana María Beltrán, Bióloga de la Pontificia Universidad Javeriana, realizó una investigación donde estudia cómo estos mamíferos se ven amenazados por la presencia de hipopótamos.
El Magdalena, hogar de nutrias y manatíes
La investigación de Beltrán diagnosticó la distribución de los hipopótamos en el río Magdalena y su relación con especies nativas como manatíes y nutrias, así como con las comunidades humanas.
Beltrán comenta que “hacer el diagnóstico de la distribución de los hipopótamos y relacionarlo con la distribución manatíes y las nutrias, y además con las comunidades humanas, es necesario porque faltan estudios sobre cómo los hipopótamos están afectando la fauna y la flora nativa de la región y cómo pueden afectar en un futuro las actividades económicas de la misma”.
Para su investigación, Beltrán se basó en estudios realizados previamente sobre los hipopótamos, pero al momento de buscar información sobre nutrias y manatíes “fue más difícil porque no hay muchos informes acerca de avistamientos ni de nutrias, ni de manatíes” agrega la investigadora.
El manatí habita en diversas regiones de Colombia, como el Caribe, la cuenca del Orinoco y parte del río Magdalena, donde se extienden desde Puerto Berrío (Antioquia), hasta Bocas de Ceniza (Magdalena) y a lo largo del Canal del Dique (Atlántico, Bolívar y Sucre).
Son animales herbívoros que desempeñan un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas acuáticos al pastorear y contribuir al mantenimiento del entorno fluvial; sin embargo, han sido declarados especie en peligro de extinción pues la caza para el consumo de su carne, el enmallamiento en redes de pesca, la contaminación de los ríos, la pérdida de su hábitat, y ahora los hipopótamos, representan una grave amenaza para su supervivencia.
Las nutrias también habitan el río Magdalena y otras zonas del país como en las ciénagas entre Barranquilla y Santa Marta, en la cuenca media del Río Atrato, en la Orinoquía y el Amazonas. La presencia de estos mamíferos es un indicador de la salud de los ecosistemas, pero al igual que los manatíes, está amenazada por la destrucción y contaminación de su hábitat, la caza, y los hipopótamos.


La colonización de los hipopótamos
La investigación de Beltrán permitió reconocer cómo la expansión de los hipopótamos a lo largo del río Magdalena está poniendo en peligro estas especies. A partir de la información disponible sobre dónde habitan actualmente los hipopótamos, manatíes y nutrias, Beltrán proyectó mapas utilizando el sistema geográfico de información QGIS y la metodología Kernel, una técnica para georreferenciar y estimar cómo se extendería un evento o la densidad de un fenómeno, en este caso, una especie, en un área geográfica determinada.
“Se quiso hacer un mapa de calor para mostrar cómo se extienden las poblaciones de hipopótamos hoy y en el futuro. Los Kernel se proyectaron en un radio aproximado de 24 kilómetros a partir de la distribución conocida de los hipopótamos. Con esto logramos mostrar los inconvenientes que podría traer tanto para estas especies nativas, como para las comunidades humanas”, afirma Beltrán
Los hipopótamos ya están en Antioquia, Cundinamarca, Caldas y Santander, pero la proyección de Beltrán es preocupante: podrían llegar a Boyacá y departamentos de la costa como Bolívar y César. Los hallazgos de Beltrán alertan sobre el riesgo que están corriendo los manatíes y las nutrias, pues los hipopótamos ya se están aproximando a los hábitats de estas especies, poniéndolas en un riesgo mayor de desaparición.

Humanos conviviendo con hipopótamos ¿Qué puede salir mal?
La investigación de Beltrán también estudió la relación de los hipopótamos con las comunidades humanas que habitan a lo largo del río Magdalena y sus afluentes. Con los datos disponibles y utilizando la metodología Kernel, pudo establecer que los hipopótamos, de acuerdo con el rango de distribución de 24 kilómetros estimados en la investigación, ya hacen presencia en varios municipios: San Roque, San Rafael, San Carlos, San Luis, San Francisco, Sonsón, Caracolí, Puerto Berrío, Maceo, Puerto Nare, Yondó y Puerto Triunfo, en Antioquia; Puerto Boyacá en Boyacá; Puerto Salgar en Cundinamarca; La Dorada en Caldas, y Cimitarra en Santander.
La economía de varios de estos municipios está conectada al río Magdalena, por lo que la presencia de los hipopótamos representa una amenaza, ya que es conocida las múltiples alteraciones al ecosistema como la afectación a los lechos del río, así como a las riberas, afectando la pesca. Se sabe también que, por su gran tamaño, afectan los pastos que sirven para la ganadería.
Los hipopótamos están cambiando la actividad económica de estos municipios; Beltrán señala que “la presencia de estos puede generar un riesgo para la comunidad, ya que algunos de estos municipios viven del turismo y se ha visto beneficiados por su presencia, al convertirlos en una experiencia llamativa que genera beneficios económicos para algunos. Sin embargo, para el resto (de municipios), esto ha traído grandes consecuencias para las actividades económicas y también por el riesgo la vida de estos habitantes, ya se han registrado aplastamiento de terneros y también ataques a pescadores”.
Beltrán concluye que es necesario hacer más estudios sobre la ecología y el comportamiento de los hipopótamos, así como nuevas investigaciones en otras regiones a lo largo del río Magdalena para aumentar el número de datos sobre esta especie y tomar decisiones basadas en la evidencia para su manejo adecuado.
A medida que los hipopótamos invaden territorios a lo largo del río Magdalena, su presencia plantea desafíos alarmantes para las especies nativas y las comunidades humanas que dependen de este río. Con la amenaza inminente de la desaparición del manatí y la nutria, así como el impacto económico y ambiental en los municipios cercanos al río, es crucial profundizar la investigación sobre estos gigantes invasores.