Por primera vez no fue el turismo el que me llevó a Taganga, en Santa Marta. Fue una salida de campo de Ecología Funcional de Ecosistemas Acuáticos la que despertó mi curiosidad por comprender la interacción entre los organismos de este ecosistema con su entorno.
Desde la medición de corrientes con una naranja hasta el estudio de la paternidad responsable en los peces sargento mayor, cada experiencia nos hizo repensar en la importancia de conservar estos valiosos hábitats acuáticos para mantener el equilibrio ambiental.
Estas son cinco cosas que aprendí en mi salida de campo en Taganga:
1. Se puede medir la corriente de un río con una naranja
¡Es posible medir la corriente de un río usando únicamente una naranja! Para ello debemos poner la fruta en el agua y observar cómo se desplaza a lo largo del río. Luego medimos el tiempo que tarda en recorrer una distancia determinada y así podemos calcular la velocidad de la corriente.
Esta experiencia me demostró que no siempre se necesitan equipos sofisticados para realizar mediciones básicas en la naturaleza.
2. Los cepillos de dientes sirven para recolectar muestras de algas
Además de limpiar nuestros dientes, también pueden ser herramientas útiles para recolectar muestras de algas. Con ellos raspamos cuidadosamente las que están adheridas a las rocas y recogimos muestras para su posterior análisis. También pudimos explorar la diversidad presente en los ríos y comprender mejor su importancia en el ecosistema.
3. Los peces sargento mayor son ejemplo de paternidad responsable
Los sargento mayor son excelentes padres. Es el macho quien cuida y protege los huevos mientras eclosionan. Para ello, construyen nidos en el lecho marino y se quedan cerca para defender a sus crías de posibles depredadores.
4. Los peces globo tienen cuatro dientes fusionados para triturar los caparazones de ostras y otros invertebrados
Entre tanta diversidad de especies marinas en este ecosistema, uno de los descubrimientos más interesantes fue el de los peces globo, pues usan sus dientes al máximo para aprovechar los recursos disponibles en su entorno.
5. Los seres vivos que habitan los ríos trabajan como procesadores de la materia orgánica
A medida que exploramos los ríos y sus alrededores, aprendí que las bacterias, los hongos, los invertebrados y los peces descomponen la materia orgánica en el agua, contribuyendo al ciclo de nutrientes y manteniendo el equilibrio ecológico. Esto me hizo comprender la interconexión entre los diferentes organismos y la calidad del agua que baña las tierras colombianas y da de beber a toda su gente.