Del 2 al 13 de diciembre se ha estado celebrando la Cumbre del Clima (COP25) en Madrid, en la cual uno de los objetivos es “que los países alcancen mayores compromisos en la lucha climática y se implementen todas las decisiones del Acuerdo de París” (El Espectador, 2 de diciembre de 2019) y es que en muchas ocasiones jefes de Estado, ambientalistas y científicos se han reunido para conversar acerca de qué es lo que pasa con la crisis medio ambiental en todo el mundo y qué se puede hacer para “combatirla” pero en realidad los avances no han sido suficientes y nos encontramos en una difícil situación medioambiental.
En Colombia se han realizado varios esfuerzos por mejorar esta situación, uno de los más recientes es el plan presentado por el Ministerio de Ambiente para la prohibición de plásticos de un solo uso a partir del 2021 (El Tiempo, 15 de noviembre de 2019), pero no debemos desconocer, por supuesto, la gran cantidad de esfuerzos a nivel regional o local que realizan múltiples comunidades alrededor del país y que incluso suelen ser aplicadas de manera más rápida y, eso es lo que amerita esta crisis.
Sabemos bien que es muy importante la gestión que realicen los países, jefes de estado, ministros, entre otros, con respecto al manejo de la crisis del medio ambiente, pero ¿debemos esperar necesariamente a que el país cambie su legislación para actuar? ¿alguna vez hemos pensado que nosotros mismos, desde nuestra comunidad, familia, círculo de amigos, podríamos realizar un cambio?
En mi opinión, debemos empezar desde el cambio personal y ya que empieza un año nuevo fijar una meta que nos permita vivir tal y como quisiéramos que fuera nuestro país. Hoy en día gracias a las redes sociales podemos conocer y compartir gran cantidad de información que nos indica cómo podemos ahorrar agua, ahorrar energía, generar menos residuos, entre otras.
Me atrevería a decir, incluso, que estamos viviendo un momento de cambio, un momento en el que ya somos conscientes de que lo que está pasando es producto de nuestro actuar, pero, el verdadero problema está en que todos hablamos de crisis medioambiental pero pensamos que las acciones individuales no cuentan y decidimos que es mejor seguir viviendo de la misma manera. Considero y lo evidencian la empatía e impacto que tienen noticias como: encontrar ballenas con kilos de plástico en su estómago, micro plásticos siendo consumidos por miles de especies en el mar matándolas e incluso llegando a los seres humanos a través de la alimentación, entre otras miles, que quizá muchos de nosotros ya llegamos al nivel de conciencia en que entendemos que está sucediendo algo pero no hemos llegado al actuar que es el que verdaderamente cambia las cosas.
Pienso que, desde nuestro lugar, sea el que sea, empresa, colegio, universidad, familia podemos ser miembros que cambian y por qué no, promotores de cambio y espero, de todo corazón, que este sea uno de nuestros propósitos como colombianos para el otro año. Que, si en realidad queremos nuestra biodiversidad, nuestros hijos, nuestra familia, hagamos un cambio y demostremos que si se puede.