En mayo de 2021, en medio de las protestas del paro nacional en Colombia, una escena muy atípica tuvo lugar en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Frente al Palacio de Justicia, un grupo de tres artistas LGBTI empezó a bailar entre los policías antidisturbios y sobre las piedras que habían lanzado momentos antes los ciudadanos que protestaban.
La multitud de marchantes alentaba el performance, mientras los uniformados, desconcertados, no sabían qué hacer. Este baile de solo dos minutos sirvió para demostrar el poder del arte como forma de protesta y dar visibilidad a otro tipo de mensajes no violentos.
La música no solo cumple una función de entretenimiento. Durante siglos ha sido utilizada para expresar posturas críticas sobre temas sociales. Estas manifestaciones políticas buscan otros lenguajes para cuestionar las desigualdades, la vulneración de derechos y el inconformismo de las comunidades.
Así lo ha hecho también la comunidad LGBTI y lo documentan Luis Gabriel Mesa Martínez, director de la Maestría en Música de la Pontificia Universidad Javeriana, y Fiorella Montero Díaz, de la Universidad de Keele, de Reino Unido, quienes en 2021 crearon Queer Music Protest, la primera red artística y académica de Sudamérica especializada en el estudio de la música como herramienta de resistencia para la comunidad LGBTI en cinco países de la región.
La red ha generado espacios de discusión académica en torno al uso de la música de manera crítica frente a las violencias que sufren las comunidades por su género y la defensa de sus derechos.
Este grupo de académicos y artistas organizaron ¡Que suene la rebelión Queer!, un evento internacional en el que tendrán su primer encuentro presencial. Se llevará a cabo en la Universidad Javeriana entre el 6 y el 8 de julio para reunir algunas de estas manifestaciones culturales más representativas de artistas e investigadores de Argentina, Chile, Brasil, Perú y Colombia.

Pesquisa Javeriana habló con el profesor Luis Mesa Martínez sobre cómo la música y otras artes se convierten en un vehículo de reconocimiento, denuncia y en una voz de aliento para las comunidades LGBTI de la región.
Puede consultar la programación y realizar su inscripción al evento haciendo clic aquí.
¿Qué es la resistencia musical y cómo se puede manifestar en la música?
Yo entiendo el concepto de resistencia como una postura, una reacción crítica, una defensa de aquello que nos ataca, de aquello que nos impide ser. En este proyecto se habla de resistencias musicales porque existen muchas manifestaciones en las cuales, a través del sonido y de las letras, la música se convierte en un vehículo para comunicar un mensaje distinto. Esta red se pensó para reconocer aquellas manifestaciones que en distintas partes de América Latina están formulando una postura de esa naturaleza.
Creo que “lucha” es una palabra clave cuando hablamos de resistencia y gran parte de las manifestaciones artísticas que hemos logrado identificar a lo largo de esta investigación han sido testimonios de personas que han sido vulneradas desde distintos frentes a lo largo de sus vidas, por su expresión de género, por sus esfuerzos para situarse en una sociedad que riñe constantemente contra la diversidad y por encontrar, a través de sus propuestas musicales, esos mensajes que van en contra de la corriente. Ese ha sido el propósito fundamental del proyecto.
¿Qué papel juega el arte en la visibilización de injusticias sociales?
Debo admitir que, como musicólogo, es la primera vez que me acerco a un terreno de estudio de este tipo. Ha sido fascinante ver el sinnúmero de cambios que se han generado socialmente a través de las propuestas de muchas de las personas artistas que hemos logrado convocar.
Fiorella Montero Díaz y yo, que somos los investigadores, habíamos comenzado a buscar a quienes estuvieran desarrollando un trabajo importante con ese mensaje de resistencia en Perú y Colombia, nuestros países natales, y nos topamos, por ejemplo, con personas como un cantante trans de Lima que se llama Eme, cuyos videos musicales son muy dicientes sobre las luchas que han tenido que enfrentar las personas diversas en un contexto tan adverso contra las personas LGBTIQ+ en Perú.
En sus videos se puede notar que no solamente a través del sonido y de las letras, sino a través de la imagen, hay un esfuerzo bastante importante por dar cuenta de la diversidad de las personas. Y diversidad no solamente en términos de orientación sexual y expresión de género sino también de etnicidad porque, por supuesto, si hablamos de discriminación, estamos hablando de racismo.
Eso hace que uno pueda reconocer el papel tan importante que cumplen las manifestaciones artísticas y culturales cuando empiezan a alcanzar terrenos de visibilidad importante.
Por otra parte, en esta red artística y académica se convocó también a un artista visual de Lima que se llama Jorge Miyagui, con su propuesta que gira en torno al “artivismo”, es decir, a cómo se puede ser activista a través del arte. Pintaremos con él un mural para poder expresar, gracias al arte visual, mensajes de resistencia. Esto lo ha hecho en distintos contextos urbanos en Perú y es muy interesante que desde el muralismo y el activismo visual se pueda lograr esa visibilidad.

¿Cómo se han dado esas resistencias de la comunidad LGBTI en Suramérica?
En Chile, Argentina, Brasil, Perú y Colombia encontramos resistencias artísticas desde lo visual, lo escénico y lo musical, aunque no solamente en el territorio sudamericano sino también por toda América Latina. Lo que pasa es que en este proyecto hemos querido comenzar con estos cinco países para consolidar una primera red académica y artística, pero nuestra aspiración es a que más allá de lo que haremos este año, ojalá podamos seguir trabajando en función de esta investigación incorporando a más personas de muchos otros países de la región.
¿Y en Colombia?
Me pareció muy interesante el caso de Gerson Morena, de Girón, Santander, ella identifica su proyecto artístico como bullerengue afro travesti. Me pareció fascinante cómo utilizaba un género musical como el bullerengue, que viene de tradiciones en las cuales podemos notar los esquemas característicos de machismo y heteronormatividad y de letras que nunca han acogido históricamente la diversidad y cómo ella propone, dentro de la tradición del bullerengue, hablar de transfeminicidios, o los alcances tóxicos de un solo prototipo de masculinidad, o sobre lo que significa para ella ser una persona que, desde su lugar, cuestiona la pertinencia de hablar de “comunidad” en torno a la sigla LGBTIQ+.
Ella dice que no percibe que haya una comunidad de verdad, porque eso es romantizar la idea de que las personas LGBTIQ+ estamos unidas en una sola causa, cuando todos y todas nos enfrentamos a prejuicios tan diferentes.
No es lo mismo lo que vive una mujer trans o una persona no binaria (que no se identifica totalmente como hombre ni como mujer) en un contexto como el rural en Colombia, a lo que vive un hombre cisgénero (que se identifica con el sexo asignado al nacer), gay en Bogotá y menos aún si es un hombre que viene de un contexto privilegiado.
Cuando escuché los testimonios de Gerson Morena quedé totalmente impactado. Fue también la oportunidad de empezar a reconocer que yo mismo había caído en ese sesgo y que en últimas todos tenemos experiencias tan diferentes.
Ha sido muy interesante también ver cómo estamos convocando a personas que representan a esa provincia lejos de la capital colombiana. Tendremos personas de Caldas, de Nariño, de Santander. También testimonios que nos han compartido personas del Valle del Cauca y de sectores marginados como Buenaventura.
El encuentro internacional ¡Que suene la rebelión queer! contará con espacios de discusión académica entre investigadores de los cinco países, de diálogo, talleres artísticos y franjas culturales donde cada artista presentará su propuesta de resistencia. Se llevará a cabo en el edificio de la Facultad de Artes de la Universidad Javeriana.
La entrada es gratuita pero requiere inscripción previa hasta completar el aforo.