La carrera como investigadora de Ximena Rincón Castellanos inició impulsada por su pasión por la escritura, en el Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Javeriana, con la tutoría del filósofo y gran maestro Guillermo Hoyos, quien fue su director de tesis en la Maestría en Política Social de la misma universidad. Hoyos la animó a participar en el programa de Jóvenes Investigadores de Colciencias, un proceso que le abrió la oportunidad de escribir intensamente, socializar sus hallazgos, hacerse preguntas profundas, estar en contacto con investigadores de mucha experiencia, pero que sobre todo fue un espacio que le permitió soñar. Es en este camino que se entusiasmó con el estudio de las relaciones entre bioética, derechos humanos y política pública.
Más adelante, en 2012, ganó una beca de investigación del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Clacso, con la que viajó a Paraguay para compartir con comunidades indígenas del Chaco. Su viaje coincidió con la destitución de Fernando Lugo de la presidencia, famoso golpe parlamentario que le posibilitó ver de cerca la movilización y organización social que emprendieron los indígenas. En todo este proceso, Ximena encontró que la investigación es una oportunidad de conocer y explorar diferentes realidades y situaciones. “Si me hubiera dedicado a ser una abogada del sistema financiero, por ejemplo, tal vez me hubiera perdido de conocer el mundo en su diversidad, en su realidad… de conocer lo que implica el conflicto, lo que son las movilizaciones sociales, las consecuencias de la inequidad, lo que significa la lucha de poderes. Para mí la investigación es la oportunidad de acercarme a esas otras historias, a otras narraciones que me reafirman como ser humano”.
Desde su mirada, la investigación sirve para comprender, pensar y desarrollar soluciones a problemas que enfrentan las comunidades y no para resolver los problemas de quienes manejan el mundo. “Nosotros tenemos que aprender a trabajar de forma cooperativa y colaborativa con las personas, para encontrar esas nuevas preguntas y esas nuevas formas diferentes a las hegemónicas”, dice. Desafortunadamente, señala, el modelo que se impone desde el gobierno y agencias internacionales plantea la investigación como un proceso muy competitivo, donde el conocimiento se entiende como una simple mercancía que tiene un precio. De ahí, concluye, “lo social a veces resulta instrumentalizado y, además, perjudicado”.
Desde esta postura frente a la investigación, ha desarrollado estudios que apuntan a entender la propiedad y el derecho como mecanismos para buscar la democracia y la justicia social. En sus palabras, busca “aplicar el derecho como un regulador social de la justicia y la equidad social, y no como un regulador social del monopolio de la propiedad”.
Uno de sus estudios, titulado “Discusiones en torno a la regulación de las técnicas de reproducción humana asistida en Colombia”, publicado en la revista Derecho PUCP, es una crítica a las reflexiones de la bioética y el derecho que se enfocan más en el derecho civil y se fijan poco en el desarrollo de estas técnicas en términos de equidad social; por ejemplo, las mujeres que alquilan el vientre en general son mujeres de escasos recursos, que ven en ello una opción laboral. Así, cuando solo se regulan las técnicas y se desconoce la realidad social de estas mujeres, se reproduce la inequidad social. Otro de sus estudios fue publicado en la revista Sociedad y Equidad bajo el título “Pobreza y jurisprudencia constitucional colombiana: el caso de los recicladores”, que trata de cómo entender la pobreza no solo desde el empleo, sino desde la falta de reconocimiento social a los aportes que hacen diferentes grupos a la sociedad.
Ximena, que disfruta de la naturaleza, la meditación, la literatura fantástica, el baile y la cocina, quiere seguir escribiendo e investigando, pero sobretodo sueña con encontrar espacios que le permitan hacer un servicio real, auténtico, que cambie situaciones y corazones en un momento concreto. Al cerrar esta conversación con pesquisa, con una sonrisa en su voz dice: “porque uno puede llegar a fracasar como profesional, pero me aterra más fracasar como ser humano”.