Investigadores de la Pontificia Universidad Javeriana Cali crearon un tablero interactivo que permite conocer los cambios en el consumo de energía desde que inició el aislamiento preventivo en el país.
Aseguran que la demanda energética es una variable apropiada para proporcionar señales en tiempo real sobre el estado de la economía vallecaucana en estos meses de cuarentena. Este comportamiento refleja las condiciones económicas generadas en esta época, debido a que es directamente proporcional a la producción industrial. Como es posible conocer datos sobre el consumo de energía a corto plazo, el equipo ha podido comparar la demanda promedio de finales de marzo con los meses posteriores.
El proceso de creación
En 2015, con el apoyo del Banco de la Republica, un equipo de economistas javerianos, liderado por Pavel Vidal, Lya Paola Sierra y Julieth Cerón, desarrolló el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), el cual aporta datos en tiempo real sobre las condiciones económicas a nivel regional y municipal. Con él se realizan pronósticos trimestrales y mensuales para la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) vallecaucano, a través del monitoreo constante de la economía de la región.
Partiendo de su experiencia como líderes del IMAE y reconociendo el vacío existente de información y conocimiento sobre la actividad económica de la región, ellos crearon un tablero interactivo (Conózcalo aquí) que aporta datos en tiempo real para que los ciudadanos, las empresas y los gobernantes puedan tomar decisiones informadas y oportunas en medio de la coyuntura actual. “El DANE publica el dato del PIB a nivel departamental de forma anual y con un rezago importante, entonces lo que está pasando con la economía a raíz del COVID-19 en el Valle lo sabríamos más o menos en octubre del 2021”, señala Sierra.
A partir de esa primera creación, los tres economistas presentaron la herramienta para medir el consumo energético a través de un nuevo tablero digital, en el que se puede conocer la demanda energética del mercado regulado (residencial, de las pymes y otros consumidores de menos de dos megavatios) y del no regulado (las grandes industrias y comercios).
En él se pueden observar los cambios en la demanda de este servicio por periodos de tiempo y por municipios. Además, la herramienta informa sobre el rol de cada población en el PIB del Valle del Cauca y se comparan los datos departamentales con los nacionales. La profesora Sierra, doctora en Economía, afirma que “si el consumo de energía del sector comercial y manufacturero disminuye, quiere decir que se está produciendo y vendiendo menos. En algunos momentos se observa en la gráfica un incremento, lo que coincide con la reapertura que se ha dado de algunos sectores de la economía en medio de la pandemia”.
Los investigadores también han presentado los datos encontrados en una serie de ocho boletines temáticos publicados por el IMAE. Dos de ellos hacen un análisis del consumo energético, el cual se ilustra en el software.
En el tercer boletín se plantea que desde el inicio del aislamiento preventivo obligatorio la demanda de energía no regulada cayó un promedio de 30% en el Valle del Cauca, una contracción dos puntos mayor que la cifra nacional. Por su parte, la demanda comercial de energía regulada disminuyó, en promedio, 28%, mientras que en Colombia fue del 11%. Estos datos permiten afirmar, según los especialistas, que el impacto económico en el departamento fue más fuerte que en el resto del país. Adicionalmente, señalan que las regiones con mayores contracciones en la demanda de energía fueron Yumbo, Zarzal y Calima, con reducciones alrededor del 50%, mientras que Cali y Jamundí presentaron disminuciones del 21,6% y 24,6% respectivamente.
Dos meses más tarde, en el boletín siete se indica que hacia finales de mayo la caída de la demanda energética no regulada en el Valle del Cauca se redujo a la mitad (15,2%) por la reactivación de varios sectores industriales. En este periodo, la cifra de recuperación para el Valle fue mayor que el promedio nacional, lo que evidencia una mejora significativa, aunque parcial, de la actividad económica del departamento.
Con la totalidad de los datos analizados hasta el momento, Vidal, Sierra y Cerón estiman un decrecimiento económico anual de alrededor de 7,5% para el Valle del Cauca. La profesora Sierra señala que desde la crisis del UPAC en 1999 no se presentaba en el país una recesión económica como esta.
¿De qué depende la recuperación económica?
Para que el país se recupere de la crisis actual, los investigadores creen que el Gobierno Nacional y el Banco de la República deben impulsar políticas fiscales y monetarias expansivas, con el fin de evitar una depresión económica. DIcen que hasta el momento se le ha dado un buen manejo a la situación y estiman una recuperación progresiva. “Si siguen los decesos y los contagios de manera exponencial, la economía tardará más en recuperarse, porque está atada a la curva de contagios o posibilidades de rebrotes. Si se estabilizan los contagios, se pueden flexibilizar más rápidamente las medidas para que los sectores que aún permanecen cerrados inicien labores lo antes posible”, expresa Sierra.
El tablero interactivo diseñado por el Laboratorio de Economía Aplicada (LEA) y el equipo del IMAE se constituye en un aporte social de la Javeriana Cali a la región, pues brinda de manera transparente y gratuita datos concisos y en tiempo real, expresan los expertos en economía. Ellos creen que con este aporte científico, los ciudadanos y las empresas pueden mantenerse informados sobre la situación económica de la ciudad y del departamento durante esta coyuntura. Además, sirve como insumo para que los gobernantes tomen decisiones con más información disponible.