La corrupción es un viejo problema socialmente construido desde el siglo XIX y que pasó a estar en el foco de la atención internacional a finales del siglo XX. Desde entonces se lucha contra ella, pues a todas luces obstaculiza el desarrollo y es problemática en sociedades que democráticamente aceptan delegar el poder en unos cuantos.
Entender cómo actúan los corruptos no es sencillo. “No existe una teoría unificada de la corrupción, no existe conocimiento generalizable sobre por qué y cómo las personas son corruptas”, afirma Miguel Gomis Balestreri, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas e Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, y doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
Gomis se ha dedicado a estudiar las transformaciones institucionales y de políticas públicas en Centroamérica, especialmente en el denominado Triángulo Norte de Centroamérica (TNC), conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras.
Estos ―y otros países de Latinoamérica― comparten una historia común de colonialismo, los procesos que dieron pie a la burocratización de sus Estados, la incorporación de sistemas económicos neoliberales, la inestabilidad política de la región, la desigualdad social, la violencia, el narcotráfico y la intervención internacional en diferentes niveles.
Centroamérica: historia y problemas comunes
¿Por qué debería interesarnos conocer lo que pasa en estos países? Gomis enumera varias razones: “América Latina está conectada en términos regionales y ciertas luchas están emparentadas o son parecidas. Por ejemplo, Colombia y Honduras son los países del mundo con más asesinatos a líderes medioambientalistas. […] Hay inquietudes compartidas sobre la eficacia y adaptación de las soluciones propuestas, o la validez de las orientaciones que vienen desde organismos internacionales. También nos deben interesar estos países porque muestran de manera mucho más cruda y directa los límites de ciertas políticas públicas o arreglos institucionales: se pueden pensar como un observatorio”.
Estudiar estos fenómenos, especialmente el de la corrupción en Centroamérica, es importante para países como Colombia. Hay lecciones aprendidas que podrían servir para mejores políticas y reformas del Estado, por ejemplo, para enfrentar el narcotráfico.
Gomis afirma que “no se puede entender lo que ha pasado con el narcotráfico en Colombia sin entender la progresión de sus rutas por Centroamérica, especialmente en Honduras, que incrementó su papel como país de tránsito después del golpe de Estado en 2009, cuando el país entró en una espiral de corrupción por narcotráfico. Lo que pasa en Colombia con la coca depende de dinámicas regionales en las cuales incide lo que pasa en Honduras”.
Corrupción, la variable incomprendida en las reformas estatales
El estudio sobre el TNC, enfocado en las reformas estatales de la mano de la cooperación internacional en Honduras, llevó a Gomis a desarrollar una investigación en cuatro etapas, desde el contexto hasta la formulación de medidas concretas.
La primera se preguntó por los qué de las reformas estatales implementadas con apoyo de organismos de cooperación internacional: qué se propuso, qué se hizo y qué resultado generó. En esta etapa, Gomis cuestionó los resultados derivados de esa cooperación, pues no hay evidencia científica de que las reformas vayan a funcionar en los contextos latinoamericanos. “Las reformas que han propuesto los organismos internacionales y Estados Unidos durante 20 años han tenido muy poco impacto y tenemos la evidencia de ello. Los formuladores saben que sus acciones tendrán efectos limitados. Pero, aunque no han servido para mejorar las condiciones de vida de las personas, por lo menos sí han ayudado a mantenerlas. No han consolidado el desarrollo, pero sí han paliado emergencias”, afirma Gomis.
Una de las iniciativas internacionales analizadas fue el Plan de la Alianza para la Prosperidad, formulado desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y financiado con recursos del TNC y de Estados Unidos. El objetivo del plan era generar
condiciones de arraigo en estos países para resolver las causas estructurales de la migración irregular. La segunda etapa en el trabajo de Gomis se concentró en reconocer qué propuso este plan y sus resultados.
La investigación encontró que, aunque se introdujeron mejores metodologías para la formulación de políticas y el diseño del plan fue innovador, el tiempo de ejecución fue insuficiente y el plan terminó siendo instrumentalizado, lo que impidió que se produjeran los resultados esperados. La tercera etapa de la investigación se enfocó en la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), una iniciativa negociada entre el Gobierno hondureño y la Organización de los Estados Americanos (OEA) para combatir este delito desde una perspectiva integral. Gomis analizó 10 casos de la MACCIH para entender esta iniciativa de cooperación internacional anticorrupción.
Los hallazgos señalan que la misión tuvo un éxito oscilante, porque el modelo no integró de manera eficaz las particularidades contextuales del país ni tenía la resiliencia suficiente para integrar el fenómeno de retroalimentación. Es decir, que quienes diseñan estos mecanismos “no pueden integrar, entender y prever todo lo que pasa en el lugar. Esto hace que cuando proponen reformas y vías para luchar contra la corrupción, la gente desarrolla técnicas que logran subvertir este modelo, sabiendo que es difícil que la institución misma pueda adaptarse igual de rápido que los corruptos. Las lecciones internacionales para la lucha contra la corrupción no funcionaron en un país como Honduras”, explica el politólogo.
Este análisis pone en evidencia que los modelos de reformas que vienen de organismos internacionales tienen que incorporar los conocimientos prácticos sobre las realidades y los fenómenos que pretenden transformar, para generar impactos más allá de lo simbólico. En el caso de la corrupción, la eficacia de las iniciativas que se quisieron introducir en estos países fue contradictoria: fueron efectivas al principio, mientras los corruptos entendían cómo funcionaban las nuevas reglas de juego; luego tuvieron resultados limitados, una vez que los corruptos se adaptaron.
Y en esto consiste justamente la cuarta etapa de la investigación de Gomis: en cómo lograr que el cambio institucional sea más eficaz integrando el contexto y el fenómeno de retroalimentación a las reformas estatales. “Ahora que he analizado los contextos, puedo modelizarlos y crear una simulación […] para intentar entender cómo, cuándo y por qué las personas deciden no ajustarse a las reglas”.
Conocimiento para integrar la resiliencia de la corrupción
Las investigaciones de Gomis concluyen que las reformas al Estado introducidas por modelos internacionales funcionan muy poco, porque tienen una función simbólica central y porque las prácticas corruptas tienen la capacidad de subvertirlas.
Estos análisis podrían ayudar a identificar cómo dichos agentes reaccionan a los cambios institucionales, e ilustrar el laberinto de intereses en el que las reformas quedan atrapadas.
Este es el conocimiento base que el profesor espera construir no solo para comprender la complejidad del fenómeno, sino también para crear mecanismos que permitan modelar estas dinámicas y que propongan reformas estructurales efectivas para combatir la corrupción en la región del TNC y más allá. “El objetivo final es entender qué tipo de diseños institucionales pueden ser más eficaces integrando la resiliencia de los corruptos”.
Para leer más:
Gomis, M. (2023). Lessons from forced partnerships: The alliance for the prosperity of the Northern Triangle (2015-2020). En I. Ganchev (Ed.), Lessons from regional responses to security, health and environmental challenges in Latin America (pp. 119-147). Vernon Press.
Gomis, M. (2023). Conmemorar sin festejar: exclusión y polarización en las fiestas del bicentenario de Honduras en 2021. Cahiers des Amériques latines (102, diciembre).
Título de la investigación: Gobernanza en América Central: reforma estatal y cooperación internacional técnica
Investigador principal: Miguel Gomis Balestreri
Coinvestigador: Alexander González Chavarría. Grupo de Investigación en Relaciones Internacionales, América Latina e Integración (Griali)
Grupo de investigación Estado, Conflictos y Paz Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
Pontificia Universidad Javeriana
Periodo de la investigación: 2018-2023