Colombia ha tenido una deuda histórica con la ciencia. La generación del nuevo conocimiento ha sido reconocida como un pilar fundamental para el desarrollo sostenible, el progreso social y la superación de la inequidad. Sin embargo, cuando es necesario definir políticas públicas que la impulsen, estas se quedan en la formulación de estrategias a corto plazo, de alcance restringido, o en el limbo de políticas que no son desarrolladas o financiadas posteriormente. Es imprescindible que concibamos la investigación, la innovación, la creación y el desarrollo tecnológico como recursos que transforman al país. Y, en ese camino, la apropiación social del conocimiento es una herramienta que nos permite trascender nuestras esferas académicas hacia un diálogo nacional.
Desde 2019, los temas sobre ciencia ingresaron al gabinete presidencial con el paso de Colciencias, como departamento administrativo, a Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias). Así, pensábamos, entraría a ser parte de las preocupaciones y, mejor aún, insumo para la toma de decisiones del Gobierno nacional. Pero los hechos no han sido consecuentes con los planteamientos ni con las promesas iniciales. Aunque la responsabilidad no es solo gubernamental, el liderazgo y el dinamismo en la inversión sí le corresponden al Estado.
Desde la academia también tenemos una deuda, y tiene que ver con la forma en que comunicamos nuestras necesidades, facilitamos diálogos con diferentes actores sociales y presentamos las alternativas de solución a las problemáticas con base en el nuevo conocimiento y la tecnología desarrollados en nuestras universidades y centros de investigación. Más allá de profundizar en lamentos, quiero reconocer en la apropiación social del conocimiento y el diálogo de saberes las llaves para transformar esta realidad. Esa conexión de la cuádruple hélice universidad, Estado, empresa y sociedad es fundamental.
Pensar la relación de la Universidad con la sociedad exige reconocer la responsabilidad institucional de abrir espacios para el fomento de la investigación científica y la tarea de formar ciudadanos con capacidades de análisis crítico que les permita enfrentar de manera creativa los retos de la vida y del mundo, con un componente ético sólido. Por ello, la Pontificia Universidad Javeriana, con la Vicerrectoría de Investigación como líder de este proceso, ha tenido como propósito generar las condiciones necesarias para la producción y apropiación social del conocimiento en las regiones del país.
Lo anterior, a través de la gestión de la investigación con el capital humano en áreas científicas; los procesos de escalamiento, prototipado, innovación y transferencia como apropiación; y la articulación de conocimientos producidos en la Universidad con las experiencias de las comunidades en zonas rurales en el quehacer investigativo. Todo ello con el fin de contribuir al diálogo de saberes, con el interés permanente de la comunidad académica javeriana por hacer que sus investigaciones lleguen a todos los sectores de la población nacional, en muchos casos con procesos de coproducción de conocimiento, y con la ciencia ciudadana como una de sus metodologías.
Conscientes de esta responsabilidad, son varias las experiencias que como institución hemos desarrollado, articulando el que hacer investigativo javeriano y la apropiación social del conocimiento como estrategia de cambio social y cultural.
Por solo mencionar algunas experiencias, tenemos el Congreso La investigación en la Pontificia Universidad Javeriana que tiene lugar cada dos años, desde 1990, y el Encuentro Javeriano de Arte y Creatividad, realizado desde 2014, como espacios para divulgar, con un lenguaje cercano al público general, las novedades del nuevo conocimiento adelantadas en la Universidad.
Igualmente, a partir de 2007, contamos con PESQUISA JAVERIANA como estrategia para cultivar las vocaciones científicas en los más jóvenes, y aportar en la construcción de una cultura científico-tecnológica que transforme paradigmas bajo la premisa de valorar y reconocer en la ciencia, la creación y la innovación el potencial para superar los retos del país.
Así mismo, el Foro “La apropiación social del conocimiento: una dimensión de la responsabilidad social universitaria”, llevado a cabo en 2014, tenía como objetivo identificar estrategias para la coexistencia de las dimensiones pública y privada, y la democratización del conocimiento.
En ese marco, la apropiación social del conocimiento surge como una herramienta ciudadana con la cual es posible no solo estar informado, sino actuar en consecuencia con esa información. Por eso, aún son bastantes los desafíos que debemos asumir como institución y como país, orientando nuestra labor a la formación de una cultura con perspectiva crítica e innovadora.
Estamos seguros de que la reciente convocatoria de Minciencias para fomentar la generación de unidades de apropiación social del conocimiento en las universidades de la que felizmente fuimos beneficiados y el documento borrador Conpes sobre la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (2022-2031), que actualmente discutimos, son rutas encaminadas a revertir esa deuda histórica con el país.
Así será posible proporcionar insumos para que los resultados de la investigación científica estén al alcance de la ciudadanía con el fin de que, al comprenderla y asimilarla en su cotidianidad, produzca cambios profundos, generen políticas públicas y sirvan como fuente para los tomadores de decisión.