El Libro rojo de aves de Colombia trae noticias desalentadoras porque habla de aquellas especies que están en riesgo de extinción. Lo positivo es que advierte sobre el tipo de amenazas que vive cada una de las identificadas y hace propuestas para frenar su desaparición.
El volumen II analizó en detalle 114 especies, de las cuales 82 se encuentran bajo amenaza de desaparición y una se registra como “extinta” (ver recuadro). Pesquisa Javeriana presenta una galería de algunas de ellas con un alto grado de amenaza.
Podiceps andinus
La última vez que se vio a este zambullidor cira (Podiceps andinus), especie endémica colombiana, fue en 1977 en el Lago de Tota. Frecuentaba las lagunas de la sabana cundiboyacense, pero parece que la erosión, la contaminación, el drenaje y el deterioro en la calidad de las aguas la fue acabando. También se le atribuye su desaparición al cambio de vegetación en los hábitats que frecuentaba. Es la única que reportan los investigadores que está completamente extinta.
Thryophilus sernai – Scytalopus perijanus
No acababan de encontrar al tapaculo de Perijá (Scytalopus perijanus) y al cucarachero paisa (Thryophilus sernai) −dos especies nuevas para la ciencia−, cuando los investigadores descubrieron que ya están amenazadas. El primero habita en los bosques de niebla y páramos bien conservados y su desaparición responde, principalmente, a la pérdida y fragmentación de estos ecosistemas del Caribe colombiano por la extracción de madera y actividades agrícolas y ganaderas. Al cucarachero paisa le gusta volar a ambos lados del río Cauca, en el bosque seco tropical. Su canto lo delata pero ya no se oye con frecuencia, pues su población disminuye con rapidez.
Heliangelus Zusii
Es posible que este colibrí, también llamado heliangelus (Heliangelus zusii), de Bogotá, esté ya extinto. Solo se conoce un espécimen colectado en 1909, pero los investigadores intuyen que aún existen poblaciones en algún enclave seco de la cordillera Oriental o del Macizo colombiano. Poco se sabe de él.
Eriocnemis godini
Como el heliangelus, este colibrí llamado zamarrito gorjiturquesa (Eriocnemis godini) está en peligro crítico, casi extinto. Se le conoce por tres especímenes disecados en el Museo Americano de Historia Natural y otro en el Museo Británico de Historia Natural, aparentemente provenientes de los departamentos de Nariño y Cauca.
Netta erythrophthalm
Si bien el pato negro (Netta erythrophthalm) se encontraba fácilmente en Colombia y en gran parte de Suramérica, durante décadas desapareció en el país hasta que, en 2012, un grupo de funcionarios del Santuario de Fauna y Flora de la Ciénaga Grande de Santa Marta reportó cuatro individuos surcando sus cielos. La cacería y el deterioro de humedales puede ser la causa de que esta especie se encuentre amenazada.
Crax Alberti
A este paujil o pavón colombiano también se le llama paujil de pico azul (Crax Alberti). Es endémico de Colombia y se encuentra, cuando se le avista, en cuencas medias y bajas de los ríos Cauca y Magdalena, generalmente por debajo de los 800 metros sobre el nivel del mar. La mayoría de los registros corresponden a machos que emiten pujidos de cortejo y, por otro lado, a hembras solitarias. Hoy en día habita en tres reservas regionales: el cañón del río Alicante y Bajo Cauca Nechí, ambas en Antioquia, y en la Reserva El Paujil, entre Boyacá y Santander.
Vultur gryphus
No podía faltar −desafortunadamente− el majestuoso cóndor de los Andes (Vultur gryphus), en peligro crítico de extinción y, dice el libro, que, de continuar la situación, pronto desaparecerá. Siendo el ave emblemática del escudo de Colombia, la población silvestre actual no alcanza los cien individuos y los reintroducidos son menos de 50. El deterioro y transformación de los hábitats por acción humana son sus principales amenazas, además de la cacería, por considerarse −equivocadamente− como un peligro para el ganado.
Números que deben preocupar
‘El libro rojo de aves de Colombia’ analiza el turbio panorama de la fauna en el país, encontrando:
1 especie extinta
2 especies en peligro crítico, probablemente extintas
9 especies en peligro crítico
30 especies en peligro
31 especies vulnerables
10 especies casi amenazadas
7 especies con datos insuficientesDe ellas, 29 son endémicas.
Leptotila jamaicensis – Icterus leucopteryx
Estas dos especies −la tortolita o paloma caribeña (Leptotila jamaicensis) y el turpial jamaiquino o caribeño (Icterus leucopteryx)− se encuentran solamente en la isla de San Andrés. Su distribución es cada vez más reducida por la pérdida de hábitat y la vulnerabilidad a los huracanes. El macho y la hembra del turpial caribeño construyen nidos colgantes en forma de bolsa, que van tejiendo pacientemente con materiales flexibles como fibras de hojas de palmas y pelo de caballo.
Cistothorus apolinari – Pseudocolopteryx acutipeonis
En los humedales y lagunas de la cordillera Oriental, especialmente en el altiplano cundiboyacense, se ven aún algunos individuos de este cucarachero de pantano o cucarachero de apolinar (Cistothorus apolinari). Pero la contaminación de los humedales y posiblemente la acción del cambio climático global parecen estar afectando las poblaciones. Los autores del Libro rojo de aves de Colombia llaman la atención sobre el control poblacional de ratas, gatos y perros para evitar su extinción. El doradito oliváceo (Pseudocolopteryx acutipeonis), por su parte, vive una situación similar a la del cucarachero: los registros son escasos en los humedales de la Sabana de Bogotá. Se desplaza mediante vuelos cortos entre los juncos de los humedales.
En los dos volúmenes del Libro rojo de aves de Colombia se encuentran la totalidad de las especies de aves residentes en el país de forma permanente o estacional; en el volumen II, los autores recomiendan encarecidamente proteger las montañas del Darién que albergan, junto con la Sierra Nevada de Santa Marta, la mayor concentración de especies amenazadas.
Medalla ambiental
La Fundación Alejandro Ángel Escobar otorgó el Premio Nacional Alejandro Ángel Escobar en la categoría “Medio ambiente y desarrollo sostenible”, a los investigadores que lideraron la publicación del Libro rojo de aves de Colombia.
En su fallo, la Fundación resaltó que este trabajo de más de 10 años de investigación, publicado en dos volúmenes, sirve “como soporte para definir prioridades de conservación, declaración de áreas protegidas, formular políticas, planes de manejo, asignar recursos y concientizar a la sociedad sobre la vulnerabilidad de la naturaleza”.
Coordinada por Luis Miguel Renjifo, vicerrector de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, la investigación contó con los valiosos aportes de Ángela María Amaya, Juan David Amaya, Jaime Burbano (investigadores asociados a la Javeriana), Gustavo Kattan (científico de la Javeriana, sede Cali), María Fernanda Gómez (de ONU Medio Ambiente) y Jorge Iván Velásquez (del Instituto Humboldt).
El reconocimiento se entregará a los ganadores el 4 de octubre de 2017.
Para leer más sobre este tema:
- Observación de aves, un aporte a la ciencia (marzo, 2017).
- Libro rojo de las aves de Colombia (octubre, 2013).