Según la Organización Mundial de la Salud – OMS, el cáncer es la principal causa de muerte en el mundo. Durante 2020 casi diez millones de personas fallecieron por esa causa. Debido a las dimensiones de esta problemática de salud pública, muchas investigaciones se centran en tratar la enfermedad y buscar posibles curas y nuevos tratamientos. Sin embargo, una patología como estas trae consigo otras alteraciones en el organismo que no son tan investigadas.
En este escenario se hace necesario un trabajo que vincule diversos conocimientos científicos que aporten a atender dichos síntomas o efectos secundarios de la enfermedad, e investigar las patologías asociadas. La medicina integrativa surge como una propuesta para ofrecer al paciente una atención más integral.
Un proyecto de la Pontificia Universidad Javeriana, financiado por la convocatoria 874 y el programa Colombia Científica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, ha reunido a dos docentes investigadores y seis estudiantes de pregrado y posgrado para investigar sobre la medicina integrativa en atención del cáncer. El próximo jueves 11 de agosto se llevará a cabo el Simposio de investigación en cáncer: Medicina integrativa y Deterioro cognitivo en el que presentarán los resultados de este proyecto que vincula a las Facultades de Ciencias y de Medicina.
Pesquisa Javeriana habló con la profesora asociada de la facultad de Ciencias y PhD en Química, Sonia Luz Albarracín sobre este proyecto.
¿Qué es la medicina integrativa?
Sonia Luz Albarracín: La medicina integrativa busca el abordaje integral del paciente utilizando la medicina convencional en conjunto con la medicina complementaria o alternativa. Por ejemplo, en el caso del paciente con cáncer, que recibe quimioterapia y adicionalmente puede utilizar hierbas (tópicas o en infusión) para calmar los síntomas de manera complementaria.
Esto es porque el paciente con cáncer, no solamente tiene las dificultades asociadas al tumor que está creciendo y que causa cambios a nivel sistémico, sino que, por ejemplo, puede presentar otros síntomas como el dolor.
Busca que además de tratar el cáncer, podamos atender integralmente en conjunto con otros especialistas, el dolor, o que este paciente también reciba desde el punto de vista nutricional, el abordaje adecuado. Que pueda recibir otras terapias.
Yo estoy muy interesada en estudiar el deterioro cognitivo asociado a cáncer, debido a que algunos pacientes informan síntomas relacionados con la pérdida de la memoria o dificultad para concentrarse, entre otros. Revisando la literatura, este tema se ha reportado especialmente en pacientes con cáncer de mama, aunque su diagnóstico es difícil y puede estar asociado a factores relacionados con el diagnóstico o la pérdida de la calidad de vida de los pacientes.
¿Y si el deterioro cognitivo es algo que no diagnosticamos? o ¿es algo que de pronto ni siquiera para el paciente mismo es importante? Por ejemplo, ellos nos decían que se les olvida tomarse los medicamentos, o que de pronto van de la sala al cuarto y no se acuerdan a que iban. Esas cosas que de pronto pueden parecer triviales, hay que investigarlas a ver si tienen alguna conexión con un signo característico de deterioro.
El cáncer es la patología que causa más muertes en el mundo. Atenderla es la prioridad. Pero también hay muchos otros temas asociados, que serían los que lo que queremos atender en la medicina integrativa.
Aquí dialogan diversas especialidades que aportan terapias nutricionales, terapias físicas especiales, ciertos abordajes de acupuntura, pero que atienden a otros síntomas asociados y que le permiten al paciente tener una mejor calidad de vida durante el tratamiento principal.
¿Cómo ha sido ese trabajo entre la Facultad de Ciencias y la Facultad de Medicina para investigar en conjunto?
Creo que tenemos un escenario bonito y que nos ha enseñado que para trabajar en ciencia, no lo podemos hacer solos. Este programa de generación de alternativas terapéuticas para el cáncer nos ha aglutinado no solamente a nivel de la universidad, sino con otros aliados. Con esa visión, el doctor Raúl Hernando Murillo, director del Centro Javeriano de Oncología y yo decidimos aliarnos. Él tiene la visión desde lo clínico y nosotros desde la ciencia básica.
Estamos convencidos de que es con el trabajo en equipo de esas dos disciplinas que podemos tener resultados, que en un mediano o largo plazo, puedan ser de utilidad para los pacientes y eso no lo podemos hacer solos.
¿Cómo se logran articular en ese trabajo?
Nosotros trabajamos con las células, luego pasamos a probar tratamientos en modelos animales, después a un modelo preclínico para finalmente llegar a los abordajes con los pacientes. Es una carrera muy, muy larga. Los clínicos están más cerca del paciente todo el tiempo. En este proceso, acompañarnos de los que están en el contacto del día a día con el paciente, es fundamental. Estoy segura de que los estudiantes investigadores del proyecto se nutrieron durante este año de trabajo investigativo.
Tuvimos la enorme fortuna de participar con los pacientes en el Centro Javeriano de Oncología en varias actividades y recibir esa retroalimentación directamente de los pacientes, escucharlos y tener un espacio con ellos, para nosotros fue muy gratificante. Creo que ha sido un aprendizaje muy significativo y eso hizo más sencillo que pudiéramos trabajar en conjunto.
¿Cómo este tipo de experiencias puede nutrir el quehacer científico?
Nosotros nunca habíamos tenido la posibilidad de estar en contacto con los pacientes, de percibir los sentires de las personas, de reconocer que detrás de un diagnóstico hay una angustia, una historia. Una cosa es leerlo en un libro, pero otra cosa es verlo en el día a día con un paciente.
Hemos hecho un trabajo juicioso de apropiación social del conocimiento con las personas, haciendo unos materiales didácticos con un lenguaje sencillo. Hemos trabajado varias infografías, videos, vamos a dejar un podcast. Son materiales valiosos para que la gente entienda lo que hacemos en investigación.
¿Para el equipo de profesionales que se formó en este proyecto, ¿Qué significa haber tenido esta experiencia no solo en el laboratorio, sino también conocer la parte humana detrás de una investigación?
Particularmente en esta convocatoria, una de las características será que vamos a ir más allá de interesarnos en producir, perdón la redundancia, un producto científico publicable. En el mundo científico si uno tiene la posibilidad de hacer investigación, siempre se está pensando en el artículo que se va a publicar. Nosotros nos comprometimos a socializar los resultados a las personas directamente relacionadas con la problemática. En este proyecto yo diría el 80% de las actividades tenían que involucrarse con el paciente.
En ese orden de ideas, creo que hace una diferencia grande. Es tener la posibilidad de conocer el sentir de un paciente, de conocer que detrás de esa persona que está allí esperando en una sala, hay toda una historia. Eso no tiene precio, es una experiencia muy significativa para ellos. De pronto aprendieron un poquito desde la aproximación cuantitativa, pero también se llevaron una visión de la aproximación cualitativa y creo que eso es fundamental para su vida profesional.
Son personas que quedan inquietas en hacer otro tipo de ciencia, que quieren responder otro tipo de preguntas. Estoy convencida de que con estos seis jóvenes profesionales estamos logrando otras visiones de su profesión, Ojalá pudiéramos dar continuidad a este a este trabajo de los jóvenes investigadores.

¿Cuál es el enfoque de la investigación respecto al deterioro cognitivo?
Lo que sucede en el cáncer y su tratamiento asociado es que ejerce efectos negativos sobre las conexiones neuronales. Las neuronas se conectan y en esas conexiones forman circuitos. Estos son los responsables de las diferentes funciones cerebrales. Por ejemplo, las funciones cognitivas como la memoria a largo plazo y corto plazo, del lenguaje, etcétera.
En un microambiente que de alguna forma es nocivo para estas conexiones, eso explica que haya una proporción muy grande de pacientes con cierto nivel de deterioro durante el tratamiento. Lo que estamos haciendo es tratar de identificar extractos de plantas colombianas o moléculas que puedan, por lo menos, mantener los circuitos para identificar si pueden tener un efecto positivo a nivel cognitivo.
¿Sobre qué tratará el simposio?
A lo largo del último año, en el marco del proyecto de jóvenes investigadores de la convocatoria 874, hemos estado trabajando conjuntamente dos grupos correspondientes a dos proyectos del ecosistema de Colombia científica. Uno hace parte del Grupo de Medicina Integrativa, a cargo del doctor Raúl Murillo. Y el otro grupo investiga el deterioro cognitivo asociado a cáncer, ese está liderado por mí.
Hemos realizado varias actividades científicas y de apropiación social del conocimiento y como una de las actividades finales, tenemos este simposio de Investigación en cáncer: Medicina integrativa y deterioro cognitivo, en el que participan seis jóvenes investigadores que ya son profesionales. Nuestro objetivo es mostrarles a las personas las dos visiones incluidas en el proyecto. Por un lado, la visión clínica, el abordaje del paciente con cáncer desde la óptica integrativa. Y adicionalmente, la investigación que hemos adelantado desde ciencias básicas sobre el deterioro cognitivo asociado a cáncer. Es un es un evento virtual y se va a realizará el 11 de agosto a partir de las 8:00 a.m.