Johana trabaja como vendedora en una empresa de ropa deportiva; aunque tiene un sueldo estable y un contrato formal de trabajo, en sus tiempos libres, y utilizando su red de contactos, vende otros productos por su cuenta, como relojes y zapatos.
Ana, por su parte, es empleada de una empresa de seguros, y con su familia también vende, vía internet, anchetas de cumpleaños que llevan a domicilio. José es fisioterapeuta, trabaja en un centro de acondicionamiento físico y por fuera de su jornada laboral atiende pacientes por su cuenta.
Todos tienen en común que han optado por complementar sus ingresos con actividades económicas informales para lograr llegar a fin de mes. Como ellos, son muchas las personas que en Colombia deciden desarrollar actividades económicas informales para tener ingresos adicionales que les ayuden a mejorar sus condiciones de vida.
Y aunque esto podría ser una práctica normalizada en el país, para Oliver Pardo, exdirector del Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana, es un tema que debe estar en el centro de la política pública pensional.
Pardo, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Javeriana y doctor en economía de la London School of Economics and Political Science, en Inglaterra, encontró que las políticas de ahorro futuro obligatorio ―lo que conocemos como aporte a las pensiones― pueden generar el efecto adverso de incrementar la informalidad, dado el alto porcentaje que representan para los trabajadores formales.
¿No dejar para mañana la plata que se necesita hoy? La cosa es así: en Colombia el aporte al Sistema General de Pensiones corresponde al 16 % del salario o ingresos de una persona. El 12 % lo asume el empleador y el 4 %, el empleado. Y en el caso de los trabajadores independientes, la totalidad de ese 16 % es asumida por ellos.
Y aunque esto representa un ahorro para el futuro, el estudio de Pardo revela que “aumentar los aportes puede motivar a transitar hacia el mercado informal para compensar lo que se destina al ahorro obligatorio de pensiones”, y eso a su vez se considera una forma de endeudamiento, porque se están sacrificando los ahorros futuros, es decir, los que estarán disponibles al momento de la pensión, para tener más consumo presente.
Este fenómeno se conoce como ‘sesgo presente’, una tendencia a priorizar el consumo inmediato sobre el ahorro a largo plazo. El dilema al que se enfrenta una gran parte de los colombianos es que las contribuciones obligatorias a pensiones, pensadas para garantizar un ahorro adecuado para la vejez, son una reducción de sus ingresos hoy, lo que los lleva a buscar empleos informales donde no están sujetos a estas deducciones.
Por eso, el estudio de Pardo señala que una tasa de contribución más baja puede incentivar a los trabajadores a mantenerse en empleos formales, lo que incrementará su bienestar general y garantizará una mejor cobertura de jubilación. Un sistema pensional que disminuya las desigualdades El estudio también señala que las contribuciones pensionales obligatorias afectan a los colombianos de acuerdo con sus niveles de ingresos.
El 50 % tiene ingresos por debajo del salario mínimo, factor que los excluye del Sistema General de Pensiones, porque la base de cotización es justamente el salario mínimo, lo que genera menor seguridad financiera en su vejez.
Para los trabajadores de ingresos intermedios, por su parte, una reducción en la tasa de contribución podría estimular que efectivamente las personas hagan sus aportes sin impactar significativamente su consumo actual, con lo que además aumentaría su ingreso formal y, por ende, sus ahorros para la jubilación.
Se estima que un 17,4 % de la población trabajadora, especialmente aquellos con ingresos intermedios, se beneficiaría con una tasa de contribución a pensiones más baja que la actual.
Luego de la reforma pensional aprobada por el Congreso de la República el 14 de junio de 2024, el Sistema General de Pensiones pasó de la competencia entre el sistema de reparto ―en cabeza de Colpensiones― y el de ahorro ―liderado por las administradoras de fondos de pensiones y cesantías (AFP)― a complementarse entre ellos.
Ahora quienes ganen menos de 2,3 salarios mínimos mensuales legales vigentes deben hacer sus aportes a Colpensiones, y quienes ganan más de este valor deberán hacer los aportes a Colpensiones por 2,3 salarios mínimos, y por el monto restante podrán ahorrar en esta entidad o en una AFP.
A partir de los hallazgos de su investigación, Pardo sugiere que “la cotización por encima de 2,3 salarios mínimos no sea obligatoria sino voluntaria, para que cada persona se responsabilice de su ahorro futuro, y de paso se abra más competencia entre las AFP para que se ‘pongan las pilas’ en disminuir las comisiones que cobran, que son excesivas en el caso de Colombia”.
Pardo complementa que, “además de la discusión sobre el sistema pensional, el país debe buscar un mercado laboral más flexible y sencillo porque la contratación formal es costosa y compleja”.
Esa dinámica actual del mercado dificulta que los trabajadores tengan otros mecanismos de protección económica para la vejez, como una casa propia, cosa que podría ser posible si se permite, por ejemplo, que quienes están obligados a hacer su ahorro por ingresos superiores a los 2,3 salarios mínimos destinen esos recursos a la compra de bienes raíces.
Johana, Ana, José y los miles de colombianos que, como ellos, complementan sus ingresos formales con otros informales están convencidos de que con sus aportes obligatorios al sistema de pensiones podrán garantizar un ahorro suficiente para su vejez, pero el llamado de Pardo es a que no solo la mayoría pueda acceder a una pensión, sino que quienes quieran tener una pensión, por ejemplo, superior al salario mínimo, puedan decidirlo de manera informada y voluntaria, sin la presión de evitar el ahorro futuro por los gastos del presente.
Para leer más: § Pardo, O. (2023). Mandatory retirement savings in the presence of an informal labor market. Journal of Population Economics, 36(4), 2857-2888.
TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN: Mandatory retirement savings in the presence of an informal labor market
INVESTIGADOR PRINCIPAL: Oliver Pardo Observatorio Fiscal Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas Pontificia Universidad Javeriana
PERIODO DE LA INVESTIGACIÓN: 2022-2023