En la búsqueda constante por mejorar la competitividad económica, los países han puesto sus ojos en el fomento a la innovación y el emprendimiento como estrategias clave para promover el desarrollo económico, impulsar la creación de empleo, mejorar la calidad de vida y la proyección internacional de las naciones.
Bajo este enfoque, la innovación y el emprendimiento se convierten en un pilar del crecimiento económico sostenible y equitativo y los gobiernos también desempeñan un papel importante al crear un entorno propicio para su desarrollo.
Esto incluye la implementación de políticas públicas que fomenten la investigación y el desarrollo, la creación de incentivos fiscales para la inversión en innovación, la promoción de la educación y la formación en habilidades empresariales y tecnológicas para las partes interesadas.
La transferencia de conocimiento entre estados, academias, empresas y sociedad se ha convertido en un componente fundamental para el desarrollo socioeconómico en la era moderna. En conversación con Pesquisa Javeriana, Carmen Contreras, gerente de Start-Up Chile, señala que “la transferencia de conocimiento y tecnología es importante para alinear las investigaciones que se hacen desde la academia a fines más específicos, ya sea de política pública o necesidades del mercado”.
Si bien es importante la investigación que nace sólo de la curiosidad científica, compartir experiencias, ideas y recursos entre diversos actores, ha demostrado ser crucial para impulsar la innovación, fortalecer la competitividad y mejorar la calidad de vida de las comunidades.
Articular la cuádruple hélice es la fórmula para el crecimiento económico
El proceso de innovación y desarrollo ha puesto el foco en una nueva forma de desarrollar la economía a nivel mundial: articulando cuatro actores clave: el estado, la academia, las empresas y la sociedad.
En este proceso, los estados juegan un papel fundamental al crear políticas y programas que promuevan la colaboración entre los distintos sectores. Estas políticas pueden incluir incentivos fiscales para la inversión en investigación y desarrollo, la creación de parques tecnológicos y la promoción de alianzas público-privadas.
Las empresas también tienen un papel importante en el proceso, ya que transforman el conocimiento en productos y servicios que generen valor económico. La colaboración entre empresas, instituciones académicas y el estado puede dar lugar a la creación de ecosistemas de innovación dinámicos y colaborativos.
Por su parte, las instituciones académicas desempeñan un papel crucial al generar conocimiento mediante los procesos investigación. La transferencia de este conocimiento y tecnología hacia las empresas y la sociedad puede realizarse colaborando en proyectos de investigación aplicada, la creación de spin–off universitarias, empresas que nazcan directamente de la investigación académica, y la formación de recursos humanos altamente calificados.
Claudia Marcela Vanegas, profesional de innovación de la Dirección de Innovación de la Pontificia Universidad Javeriana, puntualiza que, a pesar de que “las aceleradoras privadas no le apuntan a desarrollar emprendimientos de base científico-tecnológico”, las instituciones educativas no necesariamente deben convertirse en aceleradoras de este tipo de emprendimientos porque no es su razón de ser.
Entonces surge la pregunta ¿Una universidad se debe convertir en aceleradora? Y Carmen Contreras lo ratifica: ese no es el core de las universidades. Lo que sugiere que una aceleradora pública como la desarrolla por el Gobierno de Chile, podrían posibilitar una mejora en las posibilidades de los emprendimientos universitarios.
La sociedad en su conjunto se beneficia de la transferencia de conocimiento al tener acceso a nuevos productos y servicios que mejoren su calidad de vida. Además, la transferencia de conocimiento puede contribuir a la creación de empleo, al desarrollo de habilidades y al fortalecimiento del tejido empresarial y académico.
“Este evento buscaba mostrar un caso de éxito América Latina como es el caso Chileno, que a partir de la generación de diversas políticas públicas, han dinamizado su ecosistema de innovación y emprendimiento, dándole impulso a que se mejoren los indicadores de transferencia de conocimiento y tecnología.” comenta Claudia Vanegas, sobre la razón para invitar a Carmen Contreras Romero al evento La apuesta de un país por el fortalecimiento al ecosistema de innovación y emprendimiento de alto impacto, organizado por Innpulsa Colombia y la Dirección de Innovación de la Javeriana para conversar sobre las ventajas del fomento público al emprendimiento y la innovación.
La apuesta de Chile por la innovación y el emprendimiento
Start-Up Chile (SUP), es la primera aceleradora de negocios pública en el mundo. Creada en el 2010 por el Gobierno de Chile bajo Corfo (Corporación de Fomento de la Producción) para respaldar a emprendedores tecnológicos de alto potencial, incluyendo emprendedores científico-tecnológicos
Su objetivo principal es facilitar que estos emprendedores accedan a mercados globales, tanto domésticos como extranjeros, utilizando a Chile como plataforma de lanzamiento y escalamiento de sus startups. Actualmente, SUP es la principal aceleradora en América Latina, se encuentra entre los 10 mejores a nivel mundial y cuenta con una de las comunidades de startups más grandes y diversas del mundo.
La misión de SUP es generar impacto socioeconómico apoyando emprendimientos tecnológicos innovadores que contribuyan a la sofisticación y diversificación de la matriz económica de Chile. Asimismo, busca promover el crecimiento de un ecosistema emprendedor sostenible que facilite la conexión entre emprendedores, inversores, empresas y organizaciones.
Para Contreras el principal desafío de SUP fue lograr que el Estado confiara en que entregar recursos a empresas extranjeras sería muy positivo para Chile. Hoy se enfrentan al reto de mantener el liderazgo teniendo la capacidad de renovar constantemente sus prácticas y proyectos.
Para cumplir con su misión, SUP ofrece tres programas distintos:
Build es el programa de pre aceleración dirigido a startups en etapas tempranas de desarrollo, con un enfoque particular en el liderazgo femenino. Las empresas seleccionadas reciben $10 millones CLP (pesos chilenos), equivalentes a 14 000 USD aproximadamente, y participan en un programa de 4 meses de pre-aceleración.
Ignite está diseñado para startups que ya cuentan con un producto funcional y validación temprana. Las empresas seleccionadas reciben $25 millones CLP (aproximadamente 32 000 USD) y participan en un programa de 4 meses de aceleración.
Growth es lalínea de financiamiento dirigida a fundadores tecnológicos en etapas de expansión de sus negocios. Las empresas seleccionadas reciben el 50% de financiamiento de un proyecto (hasta 78 000 USD aproximadamente) para un programa de 12 meses.
Estos programas se ejecutan con dos rondas al año, cada una seleccionando entre 20 y 30 empresas. Este enfoque sistematizado permite a SUP apoyar una amplia gama de emprendedores y startups en diferentes etapas de desarrollo.
Vanegas comenta que en Colombia no existe un par símil a Corfo y que las aceleradoras en Colombia son de corte privado, lo que no ha permitido obtener los objetivos sociales que se esperarían teniendo una iniciativa como SUP.
ABC de la innovación y el emprendimiento
La innovación desempeña un papel crucial en este proceso, ya que impulsa el desarrollo de nuevos productos, servicios y procesos que permiten a las empresas mantenerse competitivas en un mercado global en constante evolución.
Por otro lado, el emprendimiento se ha convertido en un motor clave para la generación de nuevas empresas y la introducción de nuevas ideas en la economía. “Los startups, en particular, destacan por su capacidad para innovar rápidamente y adaptarse a las demandas del mercado” Puntualiza Contreras. Este dinamismo emprendedor no solo impulsa la competencia, sino que también fomenta la diversificación y la especialización de la economía, dos elementos esenciales para aumentar su competitividad a nivel internacional.