A sus 22 años, María Alejandra Riveros ya es joven investigadora e innovadora del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Minciencias. Su tema: migración, personas mayores, salud pública y salud mental. Se pregunta sobre la percepción que tiene el ciudadano común y corriente sobre las enfermedades. Por eso, finalizando su pregrado en Antropología ya está vinculada con el Instituto de Salud Pública de la Pontificia Universidad Javeriana y con Lancet Migration and Health – Latin America, red que agrupa actores de distintos sectores para fomentar la investigación en migración y salud, y traducirlas en acciones a nivel comunitario y regional.
La imaginación como fórmula creativa
Los primeros pasos de su camino como investigadora los dio cuando era niña en el jardín de la casa de su abuela. Allí tuvo un breve interés por la entomología (ciencia que estudia a los insectos), mientras observaba con asombro los bichos que aparecían sobre el terreno. En el mismo jardín también exploró la perfumería casera. Se dedicó a mezclar flores para crear fragancias que no terminaron contenidas en un frasco pero que sí cultivaron su curiosidad por la experimentación.
Después de la perfumería y los bichos llegó el colegio. Allí pensó en estudiar Medicina, pero con el tiempo empezaron a interesarle las ciencias sociales. Como monografía para obtener su título de bachiller realizó una propuesta para convertir la tienda de su colegio en una más saludable.
Riveros creció en Chía, un municipio de Cundinamarca, y desde niña labró dos cualidades que considera fundamentales para ser investigadora: el entusiasmo y la curiosidad. “Uno a medida que crece no puede perder esas dos cosas. Desde pequeña ambas me sacudieron”, dice.
“Nunca me he sentido pequeña y eso que mido 1.55 metros”, María Alejandra Riveros
Antropología, salud mental y migración
Riveros eligió estudiar Antropología en la Javeriana por el énfasis en salud, pues así podía combinar sus dos temas de interés: la medicina y las ciencias sociales.
Su primer paso fue ser parte del semillero Afro-Amazonas de la Facultad de Ciencias Sociales en el marco de un proyecto de migrantes que se desplazaban del Pacífico colombiano hacia la región amazónica.

Para la estudiante, investigar sobre migración es fundamental porque es un proceso presente en la vida cotidiana de la mayoría de personas. “Cada vez que alguien cuenta una historia, desde el principio hay migrantes en ella. El relato de mis antepasados fue eso: migrar del campo, de Choachí, a la Sabana de Bogotá en busca de oportunidades”, menciona.
En los procesos migratorios, dice Riveros, existen otras circunstancias que los acompañan, por ejemplo, la imposibilidad de acceder a una atención médica. En especial, por las consecuencias que conllevaría ir a un centro de salud sin tener resuelta la situación migratoria, entre ellas, la deportación.
Riveros entró al programa de Jóvenes Investigadores e Innovadores del Minciencias para hacer parte de un grupo de científicos involucrados en un proyecto sobre salud mental y migración venezolana en Cúcuta, Colombia, y Florida, Estados Unidos, del Instituto de Salud Pública de la Javeriana y la Universidad de Central Florida.
En Cúcuta encontraron un panorama distinto al que está en el plan de respuesta al fenómeno migratorio en el campo de la salud. “Aunque el Ministerio de Salud ha hecho esfuerzos, todo lo hacen con las uñas. Si no hubiera cooperación internacional sería una situación más compleja”, dice.
Para la joven investigadora, un factor que no está presente en los estudios y en las políticas estatales es la salud mental de las personas migrantes. “Existe el síndrome del inmigrante sano, en el que solo se tiene en cuenta la salud física y no la mental. Es importante, en términos de salud pública, incluir ambas”, afirma.
La ciencia para alguien o para algo
Riveros planea seguir el camino de la investigación porque cree que es un recurso que aporta al momento de tomar decisiones de cualquier tipo, sean sociales, económicas o políticas.
Su tesis de pregrado consistió en describir la experiencia de las personas mayores y el impacto de factores sociales, individuales y políticos en personas mayores durante el confinamiento por la pandemia. “En este tiempo su experiencia estuvo marcada por la soledad, además de dificultades económicas. Las cuarentenas solo exacerbaron las desigualdades que están presentes en lo cotidiano de la vejez en Colombia”, comenta.
Actualmente está estudiando para certificarse como programadora digital porque abre horizontes a otros lenguajes, como el inglés o el francés, dice ella, para poder profundizar en la ciencia de los datos y confía en que eso le abriría un gran camino a su carrera profesional.
Ser investigadora le ha traído varios aprendizajes, entre ellos, no dejar a un lado su curiosidad, su entusiasmo y siempre ser perseverante. Se quiere dedicar a la ciencia aplicada de la salud pública y la migración, como dice ella, para alguien o para algo. “En eso estoy ahorita, tratando de seguir el camino de la investigación que, aunque no es fácil, es el que me gusta y lo que me hace feliz”, finaliza.
2 comentarios
Si mi aleja te felicito de todo corazón, por que te demostraste a ti y a los demás, que lo que uno se propone lo logra. Sigue adelante y que el espíritu santo de Dios te guie y te de la sabiduría de seguir adelante, te amo
Felicitaciones excelente persona y profesional, logros muy merecidos, bendiciones