Si bien cien días son poco para evaluar una gestión presidencial de cuatro años, van dando idea de las principales apuestas del nuevo presidente, de su relación con el Congreso y podrían anticipar cómo será el resto del mandato. Para Gustavo Petro han sido días intensos. En 14 semanas logró la aprobación de la reforma tributaria —aunque no como la anunció en campaña— y consiguió que el Icetex otorgue créditos educativos sin capitalizar intereses.
Al mismo tiempo, el gobierno ha sido ambiguo con algunos temas, como por ejemplo, la transición energética, la exploración y explotación de más pozos petroleros e incluso sus trinos han generado una mayor volatilidad en el mercado colombiano, según la prestigiosa entidad financiera JP Morgan.

Para analizar los logros, en qué no avanza el gobierno y el panorama general de la economía en los primeros cien días de esta administración, Pesquisa Javeriana habló con Andrés Felipe Giraldo, PhD en Economía y director del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana.
Sobre la reforma tributaria
El Congreso de la República aprobó la reforma tributaria, pero no salió como la propuso el gobierno…
En campaña, Gustavo Petro había planteado que se requería una reforma tributaria sustancialmente más grande, pero después, cuando José Antonio Ocampo se posesionó como ministro de Hacienda, dijeron que se esperaban 50 billones de pesos a lo largo de los cuatro años. Finalmente quedó en 20 billones. Entonces, lo primero que hay que decir es que hubo una reducción de expectativas de recaudo.
Lo segundo es que la reforma tributaria tiene unos componentes muy importantes. Por ejemplo, el de una mayor progresividad respecto a los ingresos. Es muy positivo que a las personas que ganan más de 10 millones de pesos al mes les empiece a aumentar la tasa a la que deben tributar.
Por otro lado, somos un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y, de acuerdo con sus estándares, el 80 % del recaudo de impuestos debería recaer sobre personas y el 20 % sobre empresas. En Colombia es al contrario. Entonces, que los hogares tributen más es una buena noticia porque nos vamos acercando más al estándar.
¿Qué es lo negativo? Que el gobierno no tocó a nadie por debajo de los 10 millones. Así que hay un porcentaje de hogares que podrían ser sujetos de tributación, pero no lo harán.
Además, hay una fijación con unos sectores, como el mineroenergético y el financiero. A ellos les subieron una sobretasa que es distinta a sectores con el mismo comportamiento financiero.
¿20 billones de pesos son suficientes para cumplir las propuestas de Gustavo Petro?
Que se recauden 20 billones de pesos es una buena noticia. Lo que preocupa es que Colombia tiene un déficit fiscal muy alto y, de acuerdo con la regla fiscal, un pedazo de esos 20 billones debe ir a un programa de ajuste que busca que el déficit sea financiable en el mediano plazo.
Además, no hay claridad sobre en qué se van a gastar los 20 billones de pesos. La ministra de Agricultura —Cecilia López— dice que la reforma agraria vale 60 billones de pesos. Luego, llega la ministra de Trabajo —Gloria Ramírez— y pide cambiar los contratos de prestación de servicios por unos de planta, eso cuesta un montón de dinero. Y el presidente después, en una charla, asegura que la prioridad es el hambre y en otra que es la paz. ¿Cómo lo van a financiar? Eso es preocupante.
En comparación con otros gobiernos, ¿cómo ve esta reforma tributaria?
Esta reforma tributaria se aprobó rápido y es la más alta. Regularmente, eran de 8 o 12 billones de pesos. ¡Esta va a ser el doble! Es impresionante que se haya logrado.
Claro, el gobierno tiene las mayorías parlamentarias y es ahí donde me pregunto, ¿por qué teniendo ese apoyo no se dio la pelea por otros temas estructurales? Los primeros 100 días o el primer año de gobierno es cuando se tiene que luchar para gastar todo el capital político porque, ya después, no lo van a tener. Ahí es donde uno dice: ¿Otra reforma tributaria en año y medio? Muy seguramente se va a necesitar porque esta reforma es un pedacito estructural, pero no lo es todo.
Pero si de comparar con gobiernos pasados se trata, regularmente las reformas tributarias se entregaban con el plan de gasto sobre esos nuevos ingresos. Acá no es claro. En términos de comunicación, si yo le estoy pidiendo más dinero a los hogares y a las empresas, lo más responsable sería decir: ‘Vea, de estos 20 billones me voy a gastar tres en la expansión energética, cuatro en programas asistenciales en el campo y así’…
Sobre transición energética
Originalmente se planteaba un impuesto del 10 % a las exportaciones de petróleo y carbón, pero eso cambió, ¿cómo quedó entonces el tema de la transición energética?
Lo van a dejar sobre el precio. Llamémosle una sobretasa de renta. Es decir, van a cobrar un impuesto solamente sobre el excedente. Eso es una tendencia mundial. El presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón, dice que muchos países están tomando ese camino para financiar la transición energética. En Colombia, hasta hoy, no hay claridad sobre el destino de esos recursos.
¿Qué ha dicho el gobierno sobre las actividades económicas que reemplazarán la exportación de hidrocarburos?
En Colombia, el gran atractor de inversión extranjera y generador de divisas, regalías e impuestos es el sector mineroenergético. En el corto plazo no tenemos ninguna actividad económica que lo reemplace.
Durante su campaña, Gustavo Petro dijo que sería el turismo y listo, es lograble. Más del 30 % del Producto Interno Bruto (PIB) de España es por el turismo. Ahora bien, ¿dónde está el plan de expansión de infraestructura vial, fluvial o aeroportuaria? ¿Dónde está el proyecto para que en 12 años —cuando se dejen de producir hidrocarburos, según han dicho la ministra de Minas y el presidente— el turismo sea el nuevo generador de divisas?
Para generar los mismos recursos del petróleo hay unas estimaciones que aseguran se requieren 12 millones de turistas al año. Nosotros recibimos cuatro o cinco. Un monstruo del turismo como Brasil recibió un millón de turistas más durante el Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. ¿De dónde vamos a sacar nosotros ocho o siete millones de turistas sin un plan? Es muy complejo y no tenemos la infraestructura para recibirlos.
Los inversionistas no son bobos. Saben que si el gran generador de divisas es el sector mineroenergético y se quieren cerrar los proyectos de exploración, llevan el dinero a otro lado.
¿Se dejarán firmar nuevos contratos de exploración pero se finalizarán los que estaban vigentes?
La ministra Vélez dijo que no habrían más contratos de exploración y explotación, así que se entendió que hoy se explora, pero ya no se explota más porque son nuevos. Eso asustó porque entonces, ¿para qué exploras? Luego salió a aclarar que los que exploran, explotan, y eso alivió las tensiones en el área minera energética, pero siguen las inquietudes.
Colombia contribuye con el 0.6 % de los gases por el efecto invernadero y vamos a dejar los recursos que sirven para financiar los proyectos sociales y de infraestructura porque no se van a firmar más contratos de exploración. Esa es otra contradicción. Arman un plan gigantesco de gasto social y el principal financiador es el sector minero energético. Entonces, ¿de dónde va a salir el dinero? Ahí hay un serio problema. De igual forma, el ministro de Economía, José Antonio Ocampo, confirmó que están estudiando qué se hace con los nuevos contratos de exploración.

Sobre el dólar
Cuando Gustavo Petro se posesionó como presidente, el dólar estaba en 4337 pesos. Ahora ronda los 4900 y ha llegado a superar los 5000, ¿qué tanto tiene que ver el mandatario con el comportamiento de la divisa?
Vámonos un poquitico más atrás. El lunes después de que saliera elegido Petro, la Tasa de Cambio Representativa del Mercado (TRM) arrancó en los 3900 pesos. ¿Por qué empieza a devaluarse? Porque el principal generador de divisas es el sector minero energético. Por cada 100 dólares que ingresan a Colombia de exportaciones, 40 provienen de ese sector. Al no tener una actividad económica que reemplace ese 40 % de las exportaciones, empieza una tendencia a la devaluación. Clase básica de economía: si la oferta baja, sube el precio.
Nuestra economía no es muy poderosa, pero digamos que hay una devaluación relativamente suave en la tasa de cambio. Sin embargo, si tú miras, los saltos más bruscos en el dólar se han dado después de algunos anuncios del gobierno. “Que no se harán más contratos de exploración y explotación”. Se disparó 300 pesos. “Que la tasa al sector minero energético debe ser 10 %”, volvió a dispararse porque lo de la tasa es pegarle al negocio que genera las divisas.
También hay un componente internacional, nadie lo niega. Y ahí juega la incertidumbre que ha generado la invasión de Rusia a Ucrania, porque ellos son unos actores importantes en el comercio de fertilizantes de alimentos en el mundo. Fuimos muy de malas: el 40 % de lo que compramos en fertilizantes lo produce Rusia o Ucrania y ahora en la guerra ninguno de los dos. Eso nos golpeó bastante fuerte.
A pesar de esos factores externos, lo que pasa es que la tendencia colombiana ha sido levemente superior a la de otras monedas similares como México y Chile. Estamos llegando a devaluaciones como la de Argentina, y ellos tienen un problema macroeconómico gigantesco.
Terminamos con Petro y su 28% (o 14% desde posesión). Aca lo importante es q todos los pares estan haciendo lo mismo aguantando la FED y muy estables (incluyendo Chile). Lo q muestra la solidez de paises como el nuestro y lo preocupante de estar perdiendo 25% más en pocos meses. pic.twitter.com/kGyKCd6fUR
— Felipe Campos (@FelipeCamposPC) November 8, 2022
El excandidato presidencial y exministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, escribió en una columna de opinión que si Petro no hubiera ganado la presidencia, y teniendo en cuenta todos los factores internacionales, el dólar estaría en 4.500 pesos. ¿Es posible hacer ese cálculo?
Eso es muy difícil. Aunque no suena muy descabellada la cifra, no me atrevo a decir nada sobre el dólar. Lo que uno sí puede hacer es promediar la devaluación latinoamericana o de los países más parecidos a nosotros. Si, por ejemplo, el promedio es de 20 % y en Colombia dio 25 %, pues ese excedente se podría explicar por factores domésticos.
Yo sé que hay factores internacionales que explican la devaluación del peso, pero no tengo ninguna duda en que hay elementos domésticos que dan señales sobre la situación actual. Uno no lo cree, pero en economía, las comunicaciones son muy importantes: hay que enviar mensajes moderados que inviten a la calma y no generen incertidumbre.
Sobre el ICETEX
El gobierno anunció que a partir de 2023 la tasa de interés en los créditos educativos del Icetex será del 0 % (IPC + 0%), ¿cómo es eso?
Cuando hablan de la tasa IPC —Índice de Precios del Consumidor—, es la tasa de inflación. El nombre está mal dicho. Debería ser tasa inflación IPC, porque el IPC es un número. Pero más allá del tema gramatical, IPC + 0 % ya es una tasa alta en Colombia porque la inflación está en 12 %.
Aunque si miramos este porcentaje en comparación con préstamos regulares, como el de la tarjeta de crédito que puede ser del 36 %, o el hipotecario, que puede estar alrededor del 18 %, pues 12 % no es tan alto.
Es importante ese programa de alivio a los estudiantes que se endeudan con el Icetex. Es clave porque esa es la herramienta para que las personas que no tienen liquidez financien sus estudios superiores. La pregunta es, ¿si el Icetex no está ganando en términos reales, cómo va a hacer para financiar a más personas el día de mañana? Pues lo tiene que hacer a costa del presupuesto general de la nación, porque ¿quién más va a poner la plata para prestarles? Está bien que no sea un banco que desangra a los hogares y demás, pero puede ser un arma de doble filo. Debe haber transparencia sobre quién asumirá esos costos.
¿Hay otro tema en materia económica en el que debería enfocarse más el gobierno?
El de la innovación. Nuestro Ministerio de Ciencia es una miniatura al lado de los demás, además de que recibe menos presupuesto y esa es una muy mala noticia.
También, hay un tema que me extraña de Alejandro Gaviria, ministro de Educación, y es que dijo expresamente que la prioridad es la educación superior cuando estudios de economía, educación, pedagogía, desarrollo infantil y todas las ciencias muestran que la inversión más rentable es la educación de cero a cinco años.
Tenemos que arreglar los déficits de aprendizaje ocasionados por la pandemia, de todas las personas que arrancaron o que continuaron sus estudios en este periodo, y de eso no se está hablando.
En general, siento que hay mucha incertidumbre en materia económica y creo que falta más diálogo interno.