“Ya se demostró que los murciélagos son los portadores naturales de este tipo de virus, pero ellos no son los responsables de transmitirlo a los humanos”. Así defiende a estos mamíferos alados la microbióloga Claudia Cuervo, refiriéndose a la gran familia de coronavirus, al cual pertenece el SARS-CoV2, causante de la enfermedad COVID-19, que cada día suma más personas fallecidas en todo el planeta. Pero aún no se sabe cómo este virus en especial, la actual oveja negra de la familia, recorrió el largo camino que le permitió la llegada al humano.
La pandemia fue la excusa de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana para organizar encuentros con diferentes miradas sobre los temas de coyuntura. Y el murciélago ha sido uno de ellos. Por eso se unió con la Facultad de Ciencias en un webinar en el cual fue posible incluso escuchar los diferentes sonidos que emiten algunas de las diferentes especies.
El relato de infancia de la profesora Marta Cabrera, con doctorado en comunicación y estudios culturales, describe la casa de sus abuelos en Garzón, Huila, por cuyos tejados se colaban los llamados chimbes, “y con suerte podían volver a salir”, dice; “se les expulsaba a escobazos”. Desde entonces, entre “sapos y caracoles gigantes, enjambres de insectos desconocidos y culebras”, los murciélagos fueron los que captaron su atención. “Me encantaban su velocidad, sus chirridos, y cuando pude echarle mano a uno, la forma de su cuerpo y la arquitectura increíble de sus alas cuando se despliegan”, relata. Y eso fue lo que la cautivó. Luego no se perdía película donde los protagonistas fueran murciélagos y vampiros.
Ese episodio ilustra lo que dicen los biólogos: el murciélago ha ido conquistando diferentes espacios, ya sea en su originaria cueva o aleteando por los aires de casonas, ranchos o enramadas. Tienen una gran capacidad de adaptación a diferentes ambientes porque están en el planeta mucho antes de que apareciera el ser humano. Hoy se les ve en toda la Tierra, a excepción de los polos.
“Son indicadores de la salud o el estado de los ecosistemas”, afirma el biólogo Jairo Pérez-Torres. Al alimentarse de frutos, los murciélagos frugívoros ingieren y dispersan las semillas que regeneran bosques y áreas degradadas; los insectívoros consumen grandes cantidades de insectos, lo que tiene dos efectos benéficos: ayudan a controlar plagas de los cultivos y a disminuir la población de aquellos que transmiten enfermedades como el dengue o la malaria. “En las cuevas cada individuo puede llegar a consumir hasta diez gramos de insectos por noche, lo que favorece industrias como la de algodón, el maíz, el frijol y el arroz”, precisa el investigador. Y de acuerdo con datos que presentó durante el webinar, en el norte de México se calcula un ahorro entre 2.800 y 4.000 millones de pesos colombianos en plaguicidas.
Este investigador, experto en ecología de murciélagos, los conoce como la palma de su mano. Cuenta que además unas especies se alimentan del néctar de las flores, lo cual promueve la polinización de muchas plantas tropicales. Algunos comen ranas y por tanto son carnívoros, pero de las 1.421 especies que existen a nivel mundial solo tres se alimentan de sangre. Las tres están en Colombia.
Los hay sociales; a otros les gusta la soledad y solo se agrupan cuando llega la época reproductiva. Tienen diferentes formas y sus rostros tienen características muy definidas, unos son orejones, otros tienen la lengua tan larga como su propio cuerpo, unos son blancos, otros negros y también están los que lucen rayas que les sirve para camuflarse. Son longevos: pueden durar hasta 44 años.
Pérez-Torres desmitifica algunas creencias: “no son ciegos, no fuman, no son de mala suerte, no son ratones con alas, no son aves, no se enredan en el pelo, no son plagas”. Por el contrario, argumenta, ofrecen pistas que podrían beneficiar la salud humana. “La saliva de los murciélagos hematófagos tiene sustancias anticoagulantes; el control de la capacidad metabólica ayuda a la regeneración celular; tienen termo receptores para detectar sus presas y un sistema inmunológico potenciado resistente a muchos virus”.
Y hablando de mitos, el murciélago sí que ha sido protagonista en las diferentes culturas desde tiempos ancestrales: en la cultura zapoteca mexicana era el dios de la fertilidad, en la maya representaba los sacrificios, en la azteca era asociado a la muerte, mientras en otras culturas los murciélagos se vinculan a representaciones de la noche, el inframundo o la sangre. En la tradición judeo-cristiana se le considera un animal ‘impuro’.
En un plano de representación sensiblemente diferente, “los bocetos de Leonardo da Vinci reflejaron cómo la anatomía de las alas del murciélago inspiraron sus diseños de un artificio volador”, dijo el antropólogo Carlos del Cairo, demostrando que “los murciélagos son un significante muy poderoso y complejo para muchas sociedades humanas del pasado y del presente”.
Al recorrer diferentes épocas y culturas, Del Cairo explicó el “carácter liminal que muchas sociedades le atribuyen al murciélago, al clasificarlo como una especie que articula dominios tan contrastantes como el de la fertilidad y la muerte, la admiración o el temor”.
Murciélago y enfermedades
La investigación científica que lidera la profesora Cuervo se concentra en las enfermedades infecciosas, aquellas producidas por diferentes microorganismos y transmitidas por animales, entre ellos los murciélagos. Ha estudiado parásitos y bacterias que producen infecciones en humanos y animales como la Leptospira spp. y la Bartonella spp. Estas bacterias pueden estar presentes en los murciélagos, pero para que lleguen al ser humano necesitan de intermediarios como pulgas, piojos o garrapatas, que pican a los quirópteros y luego hacen lo mismo con el humano.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “alrededor del 60% de todas las enfermedades infecciosas en los humanos y 75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir que son transmitidas desde los animales a los humanos”.
Y van en aumento. Los murciélagos “tienen una característica bien interesante desde el punto de vista de las enfermedades infecciosas y es que vuelan, lo que les permite atravesar grandes barreras, (ríos, montañas) y favorece una mayor dispersión del patógeno”. Además, varios análisis señalan que los murciélagos tienen un sistema inmune que los protege muy bien de las infecciones, por eso es tan interesante su estudio, explica Cuervo.
“Con nuestra investigación queremos saber cuáles especies de estas bacterias están presentes en los murciélagos y cuáles son zoonóticas para el humano”, continúa. “Hasta el momento hemos encontrado que los murciélagos son portadores de las bacterias y que las especies de Bartonella spp. presentes en la población de murciélagos de la cueva Macaregua, que es nuestro sitio de estudio, varían de acuerdo con su dieta”, le contó Cuervo a Pesquisa Javeriana; “si son frugívoros o insectívoros, los murciélagos tienen unas bacterias particulares”. Pero la cuarentena ha retrasado el estudio y aún no hay resultados concluyentes.
¿Alguna lección del coronavirus?
Por qué los murciélagos no sufren las enfermedades que producen virus, bacterias y hongos que cohabitan en su organismo es aún un interrogante. Lo que sí está comprobado es que son portadores de microorganismos que pueden producir enfermedades a los humanos.
Pero aún es incierto el origen del SARS-CoV2 y cómo llegó a infectar al primer humano. En eso está la comunidad científica mundial porque si se comprende de dónde proviene, es posible identificar y aislar la fuente, y así evitar nuevas introducciones del virus en la población humana, de acuerdo con la OMS. También ayuda a comprender la dinámica desde el comienzo del brote y el desarrollo de terapias y vacunas.
Lo que sí es cierto, advierte la profesora Cuervo, es “que las enfermedades infecciosas no son culpa del murciélago”. Sobre la pandemia que está viviendo la humanidad invita a “repensar la forma como nos relacionamos con los ecosistemas silvestres”. Y desde su mirada científica asegura que “tenemos que empezar a entender cómo evolucionan los microorganismos en estos ecosistemas. Cómo logran saltar de un animal a otro. Tenemos que ampliar la visión y empezar a estudiar a los microorganismos antes de que produzcan enfermedad en los humanos, debemos conocerlos y entender cómo conviven entre las especies silvestres”, complementa.
Por su parte, el biólogo Danny Rojas, del departamento de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Javeriana, seccional Cali, y quien lideró la conferencia virtual Coronavirus, murciélagos, vacunas y cómo desacreditar la desinformación, asegura que “no se ha encontrado este virus en ningún individuo de esta especie animal”. Con más de 15 años de experiencia en el estudio de ecología y la evolución de murciélagos confirma que los murciélagos son portadores de esta familia de virus, pero no de este que se ha denominado SARS-COV2.
Recuerde que este 26 de julio hablaremos sobre el tema en el programa Desafíos de RCN y por Javeriana estéreo 91.9 fm el lunes 27 de julio a las 7 pm.
1 comentario
Buenos días. Las heces de los murcielagos que cae por las rendijas del cielorraso en todas las dependencias de casa de una amiga. Es nociva para la salud?