El 2010 va a ser recordado como un año abundante en efemérides. Además del Bicentenario de la Independencia, que convoca y cuestiona a toda la nación colombiana alrededor de sus orígenes como proyecto de nación libre y autónoma, la Pontificia Universidad Javeriana conmemora los primeros ochenta años de su restablecimiento.
Autor: Vicente Durán Casas S.J.
Junto con el entusiasmo colectivo del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, nos llegan los mensajes del Bicentenario. Van apareciendo logos oficiales y publicaciones que de manera insistente nos lo recuerdan: hace 200 años nos independizamos de España, hay que recordarlo, hay que hablar de eso, hay que celebrarlo.
A mediados del pasado mes de febrero, y a propósito de los decretos de emergencia social expedidos por el Gobierno Nacional en diciembre de 2009, la Pontificia Universidad Javeriana convocó a un foro académico en torno al polémico y delicado tema de la salud de los colombianos.
Del 22 al 25 de septiembre de este año se llevó a cabo en Bogotá el X Congreso de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, evento que cada dos años convoca a los investigadores de esta Universidad con el fin de dar a conocer ante el público académico y universitario los resultados de sus trabajos, y también para discutir y reflexionar sobre el presente y el futuro de la investigación científica en Colombia.
Si comparamos la crisis social del matrimonio con otras situaciones de la vida política y social, puede uno pensar que hay ocasiones –en verdad lamentables– en las que el divorcio es la mejor opción, otras en las que no se sabe con certeza qué sea lo mejor, y finalmente otras en las que un divorcio resulta sencillamente inaceptable.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, un significado posible de la palabra innovación es éste: “creación o modificación de un producto y su introducción en un mercado”. De esta forma, cuando en una economía de mercado Ud. produce bienes de consumo, y crea un producto nuevo, o modifica uno ya existente, Ud. está innovando y muy probablemente a su empresa le irá mejor.
Por supuesto que para esta pregunta hay muchas respuestas, todas legítimas, pero también parciales e incompletas. Sin embargo, cuando se plantea desde la Universidad, la pregunta adquiere unas características sui generis.
Juanito llega del colegio: “Mamá, papá, me pusieron una tarea: investigar las capitales de los países de África”. Enciclopedia en mano —o conectado a Internet— Juanito realiza y concluye con éxito su investigación. Este tipo de actividad investigativa, propia de la educación básica, es formativa y mal podría ser desconocida o poco apreciada.
En el abanico de programas que ofrece la universidad, los doctorados son los que consolidan de mejor forma el ejercicio de la investigación; uno de los servicios que por naturaleza y por esencia presta la universidad a la sociedad.
El apoyo a la formación de la próxima generación de investigadores es uno de los indicadores más finos y de mayor relevancia social para juzgar los esfuerzos institucionales en pro de la investigación.