Pensar en lo común y en la construcción de lo común y de lo comunitario es complejo. Su imagen permite ahondar en problemáticas diversas, que dependen en gran medida de su momento, de su lugar de enunciación y de los participantes involucrados.
Abordar lo común es pensar en un tejido, en un conjunto variopinto de factores, elementos y temas que, como fibras, se deben tramar, urdir y trenzar. Todo esto para llegar a encuentros y conversaciones cotidianas, entre muchos otros haceres colectivos.
Para asumir este reto, los autores y las autoras de Tramas y conversaciones sobre lo común, publicado por la Editorial Pontificia Universidad Javeriana, tejieron una obra multifacética que presenta una imagen extendida
de lo comunitario y lo colectivo. Los ocho capítulos del libro se entrecruzan y forman tres ejes de análisis que giran alrededor de la comunalización, que, en palabras de Blanca Cordero, es la “disputa por un lugar de enunciación desde el cual nombrar el mundo”. Estos ejes son: “Comunalización, territorio y lugar”; “construcción de paz y comunalización”; y “lecturas sobre la relación despojo- comunalización desde otros lugares”.
Así, encontramos trabajos sobre la vida campesina y la tradición organizativa en el Alto Ariari; la noción de borde urbano y periferia en Bogotá; el uso de la metáfora de lugar para comprender la experiencia propia y externa en la obra de Édouard Glissant; los procesos de construcción de paz de las organizaciones de mujeres y de feministas en Colombia; las representaciones culturales de los habitantes de la frontera colombo-venezolana; los procesos de despojo, resistencia y reparación colectiva en Trujillo, Valle del Cauca; el estudio de las herramientas de la historia y la filosofía para crear formas de legitimidad en Colombia y Venezuela; y, finalmente, la articulación de los imaginarios de las mujeres para acceder a la educación superior.
A través del entrelazamiento de modos de ser, de hacer y de conversar; de miradas políticas; de perspectivas epistemológicas; de experiencias y de complicidades, en esta obra se reconocen métodos de investigación etnográfica, filológica, histórica, política, filosófica, entre otros, para expandir la imaginación política, conectando el saber con la acción colectiva y con la lucha social.
Este libro se organiza en tres nodos de reflexión: el continuum del despojo, la construcción de paz y la dimensión territorial. En cada uno de ellos los comunes emergen en un plano en constante tensión, ya sea como formas de resistencia que se despliegan colectivamente para producir, reproducir y defender la vida bajo otras formas, o como mecanismos que mantienen y reproducen el despojo y la desigualdad a través de procesos de homogeneización, homologación, separación y exclusión.
El poder de ‘lo común’
Lo común también enlaza el hacer cotidiano con las luchas que llevan a cabo los sujetos en los escenarios público y político, para demandar cambios y transformaciones sociales y territoriales que permitan la construcción de la paz en la forma de un común. Esto potencia el reforzamiento de este concepto como una estrategia que avanza por otras vías y que implica un proceso de ruptura, de desnaturalización, de contradicción permanente.
Esta capacidad para interpelar las relaciones de poder que sostienen la dominación y la opresión permite desnaturalizar los imaginarios y las representaciones que median y justifican las discriminaciones y las exclusiones en el seno de procesos de corte comunitario; además, demanda una profunda transformación de nuestro modo de vida cotidiano, y hace necesario darles importancia a temas ignorados, como el trabajo reproductivo y del cuidado.
De este modo, se presenta una heterogénea y original red de lecturas y de reflexiones que van más allá de lo evidente y que indagan en los espacios más inesperados de lo que se entiende por lo común.
Esto permite plantear un ejercicio único de diálogo colectivo desde diferentes lugares y derivas de enunciación que, a partir de miradas ricas y diversas, hilan conjuntamente reflexiones sobre su significado para el hacer académico para el hacer político. Desde esta perspectiva, se puede concebir este libro como un acto que no solo piensa la realidad, sino que la altera y la transforma de maneras poderosas e insospechadas mediante un constante urdir, tejer, tramar y conversar.