“La profesora Marylin Hidalgo ha sido una pieza fundamental de esta iniciativa desde la Facultad de Ciencias”, dice el vicerrector de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, Luis Miguel Renjifo. Fue ella la que, sin dudarlo y con toda la disposición, empezó a hacer gestiones, junto con la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario San Ignacio (HUSI), en la Universidad y fuera de ella, para que la Javeriana se ofreciera a realizar las pruebas de diagnóstico de la COVID-19.
Por su trabajo durante varios años en el Instituto Nacional de Salud (INS), Hidalgo sabía perfectamente que esa entidad necesitaba apoyo y que la experiencia de la investigación universitaria podía responder para agilizar su labor y ampliar la capacidad de respuesta del país.
El llamado de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá (SDS) para certificar laboratorios universitarios capitalinos incluyó una capacitación de investigadores en el INS, paso que ya cumplió la Javeriana. Ahora, el INS y la SDS visitan las universidades para verificar los estándares de calidad en la adaptación de sus instalaciones, de manera que puedan empezar a procesar muestras. Ya las universidades de los Andes, el Bosque y Rosario iniciaron el trabajo. El HUSI y el Instituto de Genética Humana (IGH) de la Javeriana se preparan para unirse a esta red de laboratorios para el diagnóstico de la COVID-19, la cual está coordinada por Gabriela Delgado, bacterióloga y Ph. D. en Ciencias Farmacéuticas.
Tenemos reuniones periódicas con todas las universidades para compartir experiencias técnicas y algunos postulados científicos asociados con el diagnóstico y con el seguimiento. En ese sentido, los investigadores han sido muy generosos, compartiendo sus saberes y reactivos. Ver a las universidades trabajando conjuntamente es muy satisfactorio”, le dijo Delgado a PESQUISA JAVERIANA.
¿Cómo ha sido el proceso en la Universidad? La bacterióloga, Ph. D. en Ciencias y líder del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias, Marylin Hidalgo, y el genetista y director del Instituto de Genética Humana (IGH), Fernando Suárez, quienes han sido claves en la preparación y montaje de los laboratorios universitarios para aportar a la superación de la pandemia en Colombia, hablan acerca de esta experiencia.
PESQUISA JAVERIANA: ¿Qué los motivó a llamar la atención de la Universidad para participar en las actividades propuestas por el INS y la SDS?
Marylin Hidalgo: Durante mi trabajo en el INS enfrentamos dos alertas epidemiológicas muy complicadas, el ataque 9/11 con el ántrax y luego el H1N1, lo que me sirvió para entender cómo funciona el Instituto, cómo manejar esas alertas, y cuáles son las necesidades en esos momentos de angustia. Ahora en la universidad puedo trasladar el conocimiento y las fortalezas que tenemos desde la academia para aportar a esas emergencias. Tenemos gente muy bien formada, que piensa y ve las cosas de manera diferente a la del Instituto. La respuesta del INS tiene que ser inmediata; la de la academia debe ser complementar esta respuesta y de apoyo incondicional.
Fernando Suárez: Con la capacidad técnica en infraestructura que tiene la Facultad de Medicina, vimos la necesidad de acompañar al INS en la realización de las pruebas. Mientras mayor cantidad de pruebas se realicen, se podrá conocer mejor la magnitud del problema.
P. J.: ¿Cómo se ha preparado la Javeriana para ofrecer el servicio una vez el laboratorio esté certificado?
M. H.: Hicimos un profundo análisis, evaluando infraestructura, riesgos y revisando rutas biosanitarias. El HUSI es un eje central, porque para ellos es más fácil asumir el diagnóstico, lo hacen de rutina. Simultáneamente, pensamos extender una parte del Laboratorio de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias al IGH, por su cercanía con el Hospital, lo cual evita que estemos circulando muestras por toda la universidad. El riesgo se disminuye mucho.
F. S.: La SDS solicita adaptar mejor el laboratorio para que sea compatible con el diagnóstico. Por ejemplo, señalizar las áreas de desecho. Debemos tener una ruta sanitaria muy bien definida para saber por dónde van a entrar las muestras, por dónde van a salir los desechos biológicos. Aunque esto ya lo tenemos, ahora debemos ajustarnos a un estándar diferente. Estamos haciendo esos ajustes. Pero ya contamos con la capacidad del diagnóstico porque, con un equipo de cuatro investigadoras, logramos estandarizar la técnica. Si hoy llegara una muestra de un paciente, ya podríamos hacer el diagnóstico.
“Colombia tiene una masa sólida y crítica de investigadores en salud que hoy en día está al servicio del país y del mundo”.
Gabriela Delgado, SDS.
P. J.: ¿Cuáles han sido los obstáculos para adaptarse a las nuevas responsabilidades y cómo los han superado?
M. H.: El sistema es lento y no fluye tan rápido como uno quisiera. Uno se enfrenta a situaciones que no son fáciles de superar. Por ejemplo, no se pueden comprar los reactivos de inmediato, porque no hay disponibilidad. Por otro lado, las realidades de cada persona son diferentes. Hay quienes les da temor procesar o recibir las muestras, porque eso tiene un riesgo. Esas situaciones humanas son comprensibles.
F. S.: Necesitábamos un congelador especial para guardar el RNA de los virus, y ha sido muy difícil porque todo el mundo lo está comprando. Los reactivos están escasos. Es un problema mundial. Como en Colombia no se producen, toca importarlos. Se juntan todos los problemas que uno encuentra en la investigación, pero comprimidos en muy pocos días. Son los problemas de siempre: el dólar más caro, hay que importar materiales y reactivos, pero uno tiene tiempo. En cambio aquí no hay tiempo. El reto grande es tener todo listo en poco tiempo.
P. J.: ¿Cuáles han sido las lecciones en este proceso?
M. H.: Reconocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Una fortaleza grandísima es la alianza con otras instancias o facultades de la Universidad. La Facultad de Ciencias siempre ha tenido una relación muy cercana con el HUSI, pero ahora hemos visto que esa alianza es más que necesaria. Tenemos un laboratorio y un hospital muy buenos, y muchas capacidades en las facultades de Ciencias y Medicina, lo que nos ha permitido unirnos por una necesidad común. Desde la Facultad de Ciencias hay que destacar la generosidad que han tenido sus investigadores de todas las áreas con sus conocimientos y con su apoyo en equipos y en materiales.
Con los investigadores de otras universidades hemos creado unas alianzas maravillosas. Nos hemos reconocido en la emergencia. Nunca se había visto la generosidad en protocolos y préstamo de reactivos, no en beneficio de las universidades y de los investigadores, sino del país. Todas las universidades estamos unidas para apoyar a la Secretaría Distrital o al INS. La solidaridad ha sido una de las lecciones más importantes.
F. S.: Los obstáculos se han convertido en oportunidades de conocer otras personas, trabajar con ellas, integrar servicios. Hemos hablado con universidades con las que no hablábamos, con puntos de vista diferentes, eso es muy interesante. En el IGH se trabaja con otros virus que sirven, por ejemplo, para inmortalizar líneas celulares, pero no en un genoma viral en particular. Lo que hemos aprendido nos servirá para la investigación en el futuro.
P. J.: ¿Cómo se beneficiará la ciudadanía colombiana con esta nueva infraestructura y con el personal capacitado?
M. H.: El HUSI podrá procesar aproximadamente 300 muestras diarias, porque tienen un sistema automatizado.
F .S.: En el IGH serán unas 200 muestras diarias, o sea, 1000 a la semana, lo que será un alivio inmenso para la Secretaría.
P. J.: ¿Qué viene ahora?
F. S.: Supongo que la escasez de reactivos disminuirá. Pero hay algo muy importante que viene ahora. Estamos pensando en los pacientes, como es obvio, pero no hemos pensado mucho en el personal del sector salud que atiende este tema en las UCI y directamente a los afectados: se supone que se les debería hacer el test cada siete a nueve días. Ese es un reto grande.
Otro problema es que puede haber reinfección. Podríamos tener que repetir la prueba varias veces al año. Mientras no haya vacuna o un medicamento que funcione, esto puede durar años.