Si usted, en un hospital, ha tenido que soportar procedimientos incomodos y dolorosos, como el paso de una sonda por la nariz o la boca, o para muestras de orina; o como lo tienen que vivir inevitablemente las personas con diagnóstico oncológico por su tratamiento de quimioterapias: pinchazos con aguja para canalización de vena o para muestras de laboratorio, ahora imagine si esto lo tuviera que experimentar todos los días durante periodos prolongados de tiempo.
Los niños con esta patología, en su tratamiento, que incluye quimioterapias, tienen ciclos frecuentes en los que, por ejemplo, la punción venosa es una constante, la cual puede generar dolor, fatiga, ansiedad, estrés, taquicardia, miedo y una memoria a largo plazo que lo predispone a cualquier evento en el que tenga que ser pinchado, pues se rehusará a toda costa.
Ante esto se ha demostrado que la distracción es una intervención de enfermería benéfica para aliviar sensaciones como estas en los niños y adolescentes, pro – ducto de diversos procedimientos hospitalarios que resultan incómodos y dolorosos para ellos.

No obstante, es necesario tener en cuenta las preferencias que tienen los pacientes para desviar su atención y distraerse, ya que al ser personalizadas tienden a ser más terapéuticas y favorecer el cuidado.
Con el ánimo de darles voz a los pacientes pediátricos, atender su necesidad y mitigar la respuesta negativa frente a procedimientos dolorosos, entre ellos la venopunción, investigadoras de la Facultad de Enfermería de la Pontificia Universidad Javeriana, desde la investigación cualitativa, describieron las preferencias visuales y auditivas que tienen niños y adolescentes de 7 a 16 años con diagnóstico oncológico cuando son puncionados para distraerse.
Karol Johanna Briñez Ariza y María Elizabeth Gómez Neva, profesionales en enfermería e investigadoras del proyecto, cuentan que los participantes del estudio, ubicados en un hospital de Bogotá, fueron críticos al decir que las técnicas de respiración comúnmente usadas por el personal de enfermería, en las que les dicen “piense en otra cosa” o “respire profundo”, no les parecían funcionales e incluso podían llegar a ser desagradables. Más bien, manifestaron que la música, las series de televisión, películas y juegos virtuales, con audífonos (diademas de manos libres), eran importantes, cuando los estaban ‘chuzando’, para sentir menos dolor, pensar en otra cosa y sustraerse de ese ambiente.
“Sabemos que los procedimientos que normalmente realizamos generan dolor, angustia y miedo. Como enfermeros, tenemos la responsabilidad y el gusto de lograr que el ambiente sea agradable para nuestros pacientes”. María Elizabeth Gómez Neva
Los adolescentes prefieren la música, entonces se les ve con los auriculares y el celular, pero los niños menores prefieren hacer uso de la tablet o el teléfono para jugar de forma interactiva”, dice la profesora Briñez.
Esto es una gran ventaja, asegura Natalia*, quien recuerda muy bien la experiencia de su hermano. Han pasado 18 años desde que Tomás* pasó por un arduo proceso para combatir el cáncer, “para ese momento recuerdo que su distractor era ver Plaza Sésamo, y una de sus motivaciones en el proceso era recibir diplomas por sus logros, no mucho más que eso”, cuenta, pues “para ese tiempo qué celulares con tecnología para jugar, escuchar música o esas cosas, si lo que existían eran unas panelas”.
Distraer al paciente pediátrico para disminuir el dolor
Esta pesquisa hace parte de la fase inicial de un megaproyecto que reúne un conjunto de investigaciones y que tiene como fin crear un prototipo de distracción multisensorial para distraer a los niños en situaciones médicas complicadas y hacer más amigables las intervenciones de cuidado de enfermería para el paciente, teniendo en cuenta sus gustos e intereses.
“El aliciente para pensar en la distracción de niños y adolescentes con diagnóstico oncológico nace de una necesidad de cuidado de la enfermería, porque sabemos que los procedimientos que normalmente realizamos generan dolor, angustia y miedo, sobre todo en la población pediátrica. Entonces, como enfermeros, tenemos la responsabilidad y el gusto de lograr que el ambiente sea agradable para nuestros pacientes”, señala Gómez.
Las investigadoras aseguran que, con el desarrollo de este proyecto, el ideal es impactar a otros pacientes que pasan por la misma situación, que deben ser punzados constante – mente, les tienen que poner sondas, entre otros procedimientos. “Reconocer la distracción como una intervención necesaria que hace parte de la enfermería nos pone en un lugar como profesionales del cuidado en el que podemos lograr una experiencia más agradable, a pesar de lo difícil y doloroso que pueda llegar a ser su contexto”, finaliza la profesional Briñez.
TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN:
Preferencias de distracción virtual y auditiva de niños y adolescentes entre 7 a 16 años con diagnóstico oncológico en tratamiento con quimioterapia endovenosa, en un hospital de Bogotá, 2018-2019
INVESTIGADORA PRINCIPAL: Karol Johanna Briñez Ariza
COINVESTIGADORA: María Elizabeth Gómez Neva
Facultad de Enfermería
Grupo de investigación Conceptualización y Práctica de Enfermería
Departamento de Enfermería Clínica
PERIODO DE LA INVESTIGACIÓN: 2018-2019