China, como la mayoría de los países orientales, ha estado bajo la lupa de las grandes potencias mundiales, como Estados Unidos y Rusia, durante las últimas décadas. El crecimiento económico del gigante asiático desde los años 80, la oferta de su mano de obra a bajo costo y su competitividad en el mercado internacional con la tecnología de punta han hecho que países latinoamericanos, como Chile y Panamá, le sigan la pista en su justa medida. Pero, aunque el de China es un caso exitoso, Colombia, cuyas condiciones de desarrollo han sido similares, aún está muy por debajo de alcanzar a sus vecinos y consolidar un modelo económico, político y social que apunte a reducir las brechas de equidad que aún permanecen.
Con el fin de encontrar respuestas sólidas y argumentadas a esta situación, el economista colombiano Luis García Echeverría recopiló documentos institucionales, cifras nacionales e internacionales provenientes del Banco de la República de Colombia, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, entre otras fuentes, y analizó minuciosamente el escenario en relación con las teorías económicas, producto del conocimiento empírico adquirido en sus cerca de 40 años de vida docente. Resultado de este proceso, y de más de tres años de reescritura y edición con la Editorial Javeriana, es el libro La economía colombiana y la economía mundial, 1950-2017.
Se trata de una ruta de navegación que comprende las dinámicas políticas y sociales de la historia económica mundial a partir de un análisis de las teorías económicas globales, y de sus efectos en eventos socioeconómicos que han tenido lugar durante los últimos 67 años. García Echeverría seleccionó este periodo (1950-2017) por la solidez y consistencia del material obtenido de sus fuentes y en cuya fiabilidad basa el análisis.
Colombia, en relación con la economía mundial, es uno de los casos de estudio de este libro, pues García, quien también fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Pontificia Universidad Javeriana, se propuso presentar una serie de reflexiones y críticas sobre el modelo económico del país a la luz de algunos periodos clave, como la era del café en los años 50, el sistema de valor constante (UPAC), el narcotráfico, la gran crisis global de finales del siglo XX y la era del petróleo en el siglo XXI. De ahí su premisa: Colombia no ha superado la barrera del subdesarrollo económico y social, ni tampoco ha mejorado efectivamente las condiciones de vida de la mayoría de las personas para otorgarles bienestar.
En sus palabras, “los costos sociales, no fácilmente cuantificables, de la violencia y el conflicto armado no solamente retrasaron el desarrollo de la economía y la población, sino que también resquebrajaron sensiblemente el tejido social […]. El reto pendiente es mejorar la distribución de las oportunidades”.
El fin último de esta obra es proporcionarle al lector herramientas para repensar la economía, evidenciarla en su cotidianidad y, como en el aula de clase, poner a prueba el instinto, perspicacia y rigor investigativo. García, quien ha trabajado como analista de modelos económicos y desarrollo regional en el Fondo Monetario Internacional, insiste: “Si las teorías económicas no se enseñan de manera práctica, se quedan en eso, en meras teorías puestas en libros”.
De esta manera, quien abra las páginas de esta cartografía económica no solo se encontrará con un análisis profundo de la historia de la economía colombiana y mundial, sino que también verá un material actualizado, comprensible y bien fundamentado, pues esta obra no solo está dirigida a estudiosos de la economía sino a lectores de otras disciplinas que buscan enlaces con esta ciencia social.